Ayer domingo, los sermones dominicales en diferentes ciudades del país estuvieron caracterizados por reflexiones relacionadas a la condena generalizada de la población contra los delitos cometidos por el padre Alfonso Pedrajas, y el encubrimiento de la jerarquía eclesial que ocultó sus actos, evitando sanciones hasta el día de su muerte.
Durante su homilía, Monseñor Percy Galván, arzobispo de la Arquidiócesis paceña, manifestó que en los últimos días la Iglesia boliviana se ha visto afectada y “sangra de dolor”, a causa de las denuncias y todos los cuestionamientos.
“No somos de piedra, esto nos duele”, dijo Galván al referirse al caso del sacerdote Pedrajas, manifestando además la necesidad de corregir los errores ya cometidos. “Donde hay que corregir, hay que corregir y donde hay que enderezar, hay que enderezar”, subrayó.
Por su parte, desde la Catedral Santísima Trinidad en el Beni, monseñor Aurelio Pesoa Ribera, Vicario Apostólico de esa ciudad y presidente de la Conferencia Episcopal Boliviana, manifestó que como Iglesia, se condenan estas acciones, solidarizándose con las víctimas y esperan que la justicia boliviana haga su trabajo de manera efectiva.
“Como bien sabemos, como Iglesia en los días pasados y ante la denuncia de pederastia hemos vivido la noticia con mucho dolor el delito de uno de sus hijos, al respecto y eso creo que no es extraño, se han vertido comentarios y opiniones de toda índole y ello de acuerdo al modo de pensar y entender el hecho”, dijo.
La autoridad eclesial agregó que se han escuchado palabras de condena de toda índole, incluso despertando contra la Iglesia sentimientos de odio, buscando desacreditarla.
“Se ha escuchado palabras de condenas, palabras de reproche, de rabia, palabras de molestias y no es para menos, por aquello que ha sucedido, pero también debemos decir que no ha sido extraño que en otros, haya despertado contra la Iglesia sentimiento de odio o buscando desacreditarla totalmente, olvidando todo lo bueno que seguramente se ha hecho y se continuará haciendo, principalmente en aquellos a quienes les molesta el compromiso evangélico de la Iglesia porque también no conocen y no conocemos a la Iglesia”, argumentó.
El viernes, la Fiscalía General del Estado anuncio la conformación de una comisión de investigación para indagar este caso y declaró reserva por el lapso de diez días, según informo la directora de la Unidad Especializada de Delitos en Razón de Género y Juvenil, Daniela Cáceres.
“Los datos son reservados considerando la magnitud del caso. No se refirieron los nombres de las personas que han sido suspendidas, en la actualidad estamos pidiendo los informes para que de manera oficial y documental se obtenga esa información”, indicó.
Ese mismo día, una comisión de la Fiscalía y de la Policía Boliviana se hizo presente en el colegio Juan XXIII, en Cochabamba, para realizar una inspección.
De acuerdo con los antecedentes, el 29 de abril de 2023, el diario “El País” de España publicó un artículo en el que se develan las presuntas agresiones sexuales que el sacerdote español, de la orden jesuita, Alfonso Pedrajas, habría cometido en contra de decenas de niños bolivianos de los colegios Juan XXIII de Cochabamba y San Calixto de La Paz, durante su servicio pastoral desde 1971 hasta el 2009, año de su fallecimiento. La información fue extraída del diario personal del sacerdote que fue descubierto por su sobrino quien realizó la denuncia pública al medio referido.
Para monseñor René Leigue, arzobispo de Santa Cruz, existe solidaridad con todo lo que está pasando la congregación de los Jesuitas, sin embargo, todo error y delito debe ser investigado para alcanzar justicia. “Que se investigue, como debe ser, que se haga justicia. Que no se politice y no se estigmatice a la Iglesia”, pidió el Arzobispo de Santa Cruz.
En un comunicado emitido por la Conferencia Episcopal de Bolivia se afirma que la Iglesia condena estas acciones, solidarizándose con las víctimas que han sufrido estos hechos de abuso, “y podemos decir, esperamos que la justicia haga su trabajo pero de manera efectiva”.