El trabajador que pidió mantener su nombre en reserva, explicó que tienen grandes problemas en el sistema de potabilización de agua Achachicala que presta el servicio a un importante sector de la población, especialmente la zona central de la ciudad de La Paz.
Los problemas van desde la falta de renovación de tanques de cloración del agua, hasta la utilización adecuada de los químicos, además de la excesiva carga de agua del rio Choqueyapu, con altos parámetros de contaminación, factores que – según el trabajador – inciden en la calidad del agua.
“Los tanques que cargan gas cloro tienen problemas en los empaques que datan desde Samapa y están al borde de grandes fugas, nos dijeron que nadie denuncie este problema, pero las autoridades deben conocer, ya hubo un problema de salud con un compañero y lo mantienen oculto, el uso de gas cloro se redujo y cambiaron por hipoclorito de calcio, de ahí los problemas con los gases que emana el agua cuando se prende la ducha más de 5 minutos”, argumentó el funcionario.
Asimismo, explicó que el “pH es un parámetro importante que actúa como condicionante y limitante de vida para los seres vivos, el agua de consumo debe tener características de neutralidad, no debe ser acido ni alcalino, la exposición de las personas a aguas alcalinas o básicas con un pH mayor a 8.5 puede causar alergias, sequedad en la piel y problemas gastrointestinales”.
Precisó que el cloro residual de 1 mg/l registrado en la red de abastecimiento debe llamar la atención, ya que, el cloro al combinarse con contenido orgánico puede originar compuestos como cloraminas y trihalometanos.
Por otro lado, el agua con un cloro residual cercano a 1 mg/l a una temperatura alta con relación al ambiente, como se da en el uso de las duchas por las personas, provoca reacciones químicas, vapores y gases que pueden causar daños en las vías respiratorias dependiendo del grado de exposición.
VECINOS
En la problemática presentada por la población de Sopocachi, el agua es alcalina como indicaron en la conferencia de prensa, en semanas pasadas, estas aguas son incrustantes en una red con tubería galvanizada que además es antigua y que la empresa prestadora de servicio no tiene el cuidado de precautelar esta infraestructura, ni renovarla, si no ahondar mucho más el problema, además, de exponer a la población a tener posibles problemas de sequedad y alergias en la piel, además de problemas gastrointestinales como las denunciadas actualmente, a eso se debe adicionar, un cloro cercano a 1 mg/l.
Este problema en Sopocachi – dijo – denota que nuestra normativa NB – 512 tiene intervalos y valores que no están de acuerdo a nuestra realidad y que los extremos pueden provocar malestar en la población, en consecuencia, se deberá revisar y adecuar los valores a condiciones reales y no copiar de otras normativas.
AUTORIDADES
Al respecto, en conferencia de prensa, la semana pasada, la directora de la Autoridad de Fiscalización y Control Social de Agua y Saneamiento (AAPS), Karina Ordoñez, y el nuevo interventor de Epsas, Jaime Gutiérrez, manifestaron que el agua que distribuye la firma en la zona central de la ciudad se encuentra dentro los parámetros de la norma boliviana NB – 512, empero que se someterá a estudios químicos para tranquilidad de la población.
El 26 de mayo de 2023, la vicerrectora de la Universidad Mayor de San Andrés, María Eugenia García, resaltó la urgencia de realizar un estudio en boca de grifo y para ello puso a disposición los laboratorios y especialistas de esa casa superior de estudios.
Alergias en la piel, irritación de ojos y garganta, hasta caída de cabello, luego de tomar una ducha y/o consumir el agua potable, son problemas que vecinos denuncian hace algunas semanas en redes sociales. En WhatsApp se conformó incluso un grupo denominado “Situación actual del agua” para asumir acciones.
Ante esta situación, García, quien también es especialista en hidroquímica y contaminación, indicó que desde el punto de vista de la toxicología ambiental esto podría estar relacionado con la presencia excesiva de cloro en el agua; no obstante, se requiere de un estudio y un proceso de monitoreo para confirmar o descartar.
“La sugerencia es analizar en las bocas de grifo, donde el agua llega directamente para el consumo de la población, porque desde la represa hasta el grifo pueden estar pasando varias cosas, no solo por el cloro, sino también por otros elementos. También necesitamos analizar y monitorear las plantas de tratamiento. La universidad pone a disposición sus investigadores, científicos, laboratorios y equipos. Lo único que necesitamos es apoyo con los reactivos y la logística”, anunció.