“A tiempo de felicitar a quienes hoy son ratificados en sus cargos y a quienes asumen nuevas responsabilidades en el interior de la entidad Verde Olivo, quiero decirles que estamos atravesando una época de considerables cambios en la Policía Boliviana y de nuevos retos que debemos cumplirlos porque así nuestro pueblo lo requiere”, dijo Del Castillo.
DATOS
Desde la aprehensión de Maximilano Dávila, en enero pasado, los casos de corrupción en la Policía Boliviana fueron la constante y ha traído a escenario el mito de un narco-Estado en Bolivia.
A decir de José Galindo, la aprehensión de Dávila amenazó con convertirse en un potencial escándalo dirigido a erosionar la legitimidad del partido oficialista, a pesar de que la corrupción policial es un tema ajeno a la titularidad que algún partido ostente sobre el gobierno.
“El caso del excomandante de la Fuerza de Lucha Contra el Narcotráfico (Felcn) puede analizarse desde múltiples perspectivas. Para entender cómo y porqué la Policía es tan corruptible, sobre todo en sus mandos superiores, nos permite analizar la difundida idea de que el narcotráfico influye decididamente sobre el Estado y la política nacionales. Nos permite reflexionar sobre el principio de soberanía en un asunto tan complejo como el narcotráfico y el crimen organizado internacional”, escribió Galindo.
AGUILERA Y
EL CAMBIO
En medio de esa crisis institucional, el comandante de la Policía, Jhonny Aguilera, fue alejado del cargo el 1 de julio y en su lugar fue posesionado el general Orlando Ponce.
En noviembre de 2020, el entonces coronel Aguilera fue posesionado como Comandante de la Policía. Ascendió a general y fue ratificado en el cargo.
Aguilera afirmó que dejaba una Policía “cohesionada y comprometida con el servicio al pueblo”.
“Es una oxigenación para que se puedan encontrar nuevas visiones y nuevas metas, es siempre bueno un relevo. Esta transformación provoca indudablemente la posibilidad de nuevas experiencias al interior de la Policía”, dijo Aguilera en la oportunidad.
Aguilera fue blanco de críticas por los casos de ilícitos que golpean a la institución del orden, el más reciente es el asesinato de tres uniformados en el municipio de Porongo en el departamento de Santa Cruz.
A ello se sumó las denuncias contra uniformados sobre el comercio de autos chutos o robados en Chile y presunta protección al narcotráfico.
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