“Nos hemos apersonado ante la Felcv (Fuerza Especial de Lucha Contra la Violencia) a efecto de asumir defensa (de las supuestas víctimas) por el delito de corrupción de niño, niña y adolescente contemplado en el artículo 318 del Código Penal Boliviano”, explicó el abogado de la Defensoría, Daniel Ponce.
“El que mediante actos libidinosos o por cualquier otro medio, corrompiera o contribuya a corromper a una persona menor de dieciocho años, será sancionado con pena privativa de libertad de tres a ocho años”, dice la norma referida.
Los padres de familia que acompañan la denuncia califican la actitud de pedagoga como “aberrante” al pedir el fluido corporal a sus estudiantes y más aún con el objetivo de que hagan un reconocimiento olfativo y táctil de la sustancia.
Por otro lado, la maestra admitió haber hecho el pedido a sus estudiantes para la clase de educación sexual con el fin de que “aprendan las actividades sexuales y prevengan los embarazos no deseados”.
Considera que no cometió ningún delito y agregó que, al final, ninguno de sus estudiantes llevó el “trabajo práctico” a su siguiente clase.
“Si yo he cometido el error pido disculpas públicamente no es por dañarlos a los alumnos y menos pervertirlos, pido disculpas a la sociedad porque ahora es la sociedad la que me está matando y me está atormentando”, dijo la maestra.
La educadora tiene una experiencia de 28 años como maestra rural y explica que se tituló como Maestra de Primaria y en las áreas de Biología, Matemáticas y Física, además de enseñar Educación Física por su afición a los deportes y en lo que afirma ser reconocida por logros conseguidos para su región. (Agencias)