Bolivia cumplió 197 años de independencia en medio de una polarización, causada por la violación a la Constitución Política del Estado por parte del Gobierno, la intolerancia entre sectores políticos radicales y la desigualdad en la aplicación de la justicia, según la percepción de tres analistas políticos.
Franklin Pareja, Marcelo Silva y Carlos Cordero opinaron sobre cómo recibieron los bolivianos el día de la Independencia de nuestro país.
Actualmente se ve en el país un enfrentamiento entre grupos cívico-populares y el Gobierno por el Censo de Población y Vivienda; procesos judiciales “acelerados” para opositores; efectivos policiales protegiendo un mercado de coca “ilegal” en La Paz; y campesinos cruceños afines al Movimiento al Socialismo (MAS) protagonizando un bloqueo de caminos en busca de legalizar “tierras avasalladas”.
El analista, Franklin Pareja, percibe que Bolivia vive la consecuencia de la perdida de institucionalidad democrática que sería el fundamento de un sistema democrático; es decir, pueden existir conflictos y tensiones en el país, pero todo se solucionaría si los gobernantes respetasen los lineamientos de la carta magna.
“En Bolivia no se puede resolver nada porque la Constitución no sirve de nada y porque ha sido violada sistemáticamente; entonces, ¿Dónde uno puede acudir para tener procesos de diálogo?”, cuestionó Pareja.
Para el analista, otro de los problemas que profundizan la polarización en el país es la instrumentalización de la justicia por parte de los gobernantes y que en este tiempo se convirtió en un tema estructural para resolver.
“No somos iguales ante la ley porque es draconiana para unos y es laxa para otros. No hay un marco equitativo”, acotó.
En estos últimos dos años del gobierno de Luis Arce, los argumentos del “golpe” o “fraude” en 2019 fueron otros elementos que evidenciaron la división en el país y que posiblemente permanezcan hasta la conclusión de esta gestión de gobierno.
Al respecto, el analista Pareja cree que posiblemente esa situación haya ahondado la división en el país, ya que no todos los bolivianos pertenecen al MAS y al antimasismo.
El analista político, Marcelo Silva, sostuvo que en la política boliviana surgió criterios más divididos por falta de tolerancia entre sectores radicales, por ejemplo, grupos afines al MAS y los cívico-populares que generalmente se enfrentan y son impulsados por el oficialismo y por los comités cívicos.
“Creo que en el último año uno de los elementos centrales y muy peligrosos que han emanado son las clases políticas, es la intolerancia y la incapacidad de pluralidad política, eso significa: tú eres blanco, yo soy negro, no hay gris de por medio; si tú no eres blanco o negro, pues tengo que sacarte del camino, tengo que eliminarte. Creo que eso es muy duro”, lamentó Silva.
El analista repudió la existencia de un escenario de esa naturaleza porque -en su criterio- se convirtió en un lucro y beneficio político; sin embargo, dijo que tiene la esperanza que exista un cambio porque la sociedad busca un nuevo escenario de crecimiento, empleo y estabilidad.
En ese marco, aplaudió la actitud del jefe de Estado porque al mantenerse al margen de las peleas políticas, como primera autoridad puede sentarse tranquilamente con cualquier sector social para conversar sobre cualquier conflicto. Dijo que ocurre todo lo contrario con el gobernador de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, que tiene una postura totalmente radical.
El analista, Carlos Cordero, apuntó sus críticas en estos 197 años de independencia de Bolivia a la justicia, afirmó que no está en manos de los ciudadanos bolivianos, sino en la de los gobernantes, quienes deben impartir justicia acorde a las normas establecidas, pero todavía existe un problema en ese sentido.
“Lo que ocurre es que Bolivia tiene un problema centenario con el tema de la justicia. Si antes la justicia respondía a intereses económicos, ahora responde a intereses políticos”, complementó. (ANF)