Martínez, a través de las redes sociales, informó ayer que tras entrevistarse con la fiscal Zarina Guardia en el Ministerio Público, se logró que el caso sea “reaperturado” y con ello se activen la orden de búsqueda y la orden de cooperación internacional para liberar a Zarlet.
“Anoche soñé con mi hija, soñé que todo había pasado y que ya estábamos juntas”, manifestó emocionada.
Han pasado más de diez años desde que Zarlet Clavijo desapareció cuando caminaba en El Prado paceño rumbo a Obrajes. Varias hipótesis e investigaciones inconclusas se dieron desde aquel 4 de junio de 2012 siempre cayendo en punto cero.
Para 2019, Martínez obtuvo pruebas de vida e incluso se dirigió a una zona fronteriza en Colombia donde pudo observar a quien sería su hija, desaparecida cuando tenía 17 años. Sin embargo, a su regreso a Bolivia no obtuvo respuesta del entonces ministro de Gobierno, Arturo Murillo, a quien la madre ahora apunta con sospechas de complicidad.
El caso fue cerrado y con ello parecía que Martínez y su familia debían quedar con la resignación de haber perdido a la joven.
Martínez no lo remarca públicamente para no interferir en las investigaciones privadas; sin embargo, todo apunta a que Zarlet se encuentra en manos de las guerrillas colombianas del Ejército de Liberación Nacional (ELN) que la tienen en calidad de “custodia” hace varios años.
Ayer, la abogada y militante política explicó que esperará el juramento del izquierdista Gustavo Petro como presidente de Colombia, para comenzar un proceso de conciliación que pueda liberar a su hija y devolverla a su hogar.
Ya en 2019, la guerrilla había accedido a entregar a Zarlet, pero bajo condiciones de hacerlo en un acto de alto nivel con presencia presidencial de por medio. Ambos contextos, con las negociaciones de paz interrumpidas en Colombia y con la transición en Bolivia, además de la pandemia del siguiente año, evitaron avanzar en el caso. (Visor21)