“Estamos matando a la gallina de los huevos de oro”, señaló un experto en medio ambiente, en referencia a que los bosques, los árboles son los que promueven las lluvias y son reguladores del clima.
Cada año, según expertos y ambientalistas, el tema de los incendios forestales y chaqueos, va en incremento pese a medidas “insuficientes” que dicta el Gobierno, sin embargo, para el experto en medio ambiente y vocero de Productividad, Biosfera, Medio Ambiente (Probioma), Miguel Crespo, estas acciones ya serían “premeditadas” con el fin de “promover una mayor ampliación de las tierras”, para cultivos extensivos y tráfico.
“Yo creo que esto es premeditado, no hay voluntad política, esto es premeditado porque se quiere promover una mayor ampliación de las tierras, para el tráfico de tierras, para el mercado de tierras, vale más una tierra desmontada que un bosque, cuando es el bosque el que genera vida”, manifestó Crespo, en entrevista con EL DIARIO.
A su entender se queman los bosques para vender la tierra, meter cultivos extensivos que ni siquiera van a la alimentación de los bolivianos y encima, se sabe que no habrá agua “ni siquiera para lo que se quiera sembrar en esas tierras”.
Los recientes datos de contaminación llegaron a índices de calidad del aire “muy mala” e incluso “extremadamente mala”, en regiones de La Paz, Cochabamba, Santa Cruz y, sobretodo Beni y Pando.
La gestión pasada, los incendios y chaqueos, destruyeron a unos seis millones de hectáreas y este año, a la fecha, “ya llevamos cuatro millones y sigue subiendo y todavía no llega la época de lluvias”.
Sin embargo, estos eventos anuales, si bien son recurrentes, desde hace unos cinco años se incrementaron. “Esto ya es un desastre social y ambiental que estamos viviendo en nuestro país desde el año 2019, es producto de una normativa que se ha emitido en la gestión de Evo Morales, con las famosas leyes que las llaman incendiarias y que han motivado la situación en la que nos encontramos todos los bolivianos”, aseguró el experto.
Sostuvo que esas normativas no son casuales y que son leyes que sirven de base para la ampliación de la frontera agrícola, “como se dice a sangre y fuego, como una respuesta a un modelo que no es sostenible, que ha demostrado desde hace 10 o 15 años, ni es viable con tanto uso de agroquímicos y de transgénicos, especialmente, que no ha resuelto el problema y que al contrario lo ha incrementado, porque Bolivia es un país exportador de monocultivo y que a eso se añaden otros cultivos extensivos”.
Por otro lado, a esto se suma el tema del cultivo de la palma aceitera que se promueve en la Amazonia y que está suponiendo la ampliación de la frontera agrícola en 65 mil hectáreas de bosque tropical húmedo, “entonces para ampliar todo eso, obviamente se está recurriendo a ese método de la quema y de los incendios que, en lugar de resolver el problema de la seguridad y soberanía alimentaria lo está agravando”.
De acuerdo con el experto, Bolivia cada año importa más alimentos, por ejemplo en la gestión 2023 importó por un valor de 700 millones de dólares, porque no se produce lo suficiente y todo lo que se produce es para exportar.
FALENCIA
“Es decir que, no se ve la situación y la necesidad que tiene el país de consumir alimentos sanos, saludables y diversificados, pero eso tiene que ser en armonía con los bosques que son los generadores del agua, son los reguladores del clima, los que promueven las lluvias, entonces estamos matando a la gallina de los huevos de oro y así como estamos quemando no va haber lluvia, cada vez habrá más escasez de lluvia y de agua”, indicó.
Aseguró que la solución no es perforar pozos, porque debajo de la tierra “igual no hay agua”, pues los que traen el líquido elemento para alimentar esos pozos y esa recarga hídrica son los bosques y “estamos destruyendo la base fundamental de vida en nuestro país”.
CONSECUENCIAS
Son varias las consecuencias que dejan los incendios, muchas de ellas ligadas directamente con la salud del ser humano, pero sobre todo con personas que tienen enfermedades de base, que deberán lidiar con posibles complicaciones cardiacas, pulmonares y de tipo asmáticas.
Pero, la destrucción de los bosques y árboles también generará otros problemas, siendo el más preocupante la falta de agua a tal punto que, según Crespo, en octubre de este año, ese recurso hídrico comenzaría a escasear en regiones como Potosí y La Paz.
Debido a eso, la producción de cultivos estará afectada cada vez más, causando que de a poco haya menos alimentos e importarlos. “Vamos a importar más alimentos seguramente este año, que el año pasado y obviamente lo que está haciendo el Gobierno es liberar los aranceles para la maquinaria y para los agroquímicos que son los que han causado toda esta debacle de un modelo que no es sostenible”, mencionó.
En ese sentido, estamos viviendo en un país donde no hay leyes, el incendio es el que manda, donde se benefician unos cuantos en desmedro de más de 12 millones de habitantes, que nos estamos quemando, se está quemando flora y fauna que tarda años en recuperarse.
“Vamos a ver si al año próximo tenemos la cantidad de agua que teníamos este año, porque cada vez se reduce más, se ha roto el ciclo de las lluvias, las siembras no se han hecho, todos se quejan que tuvieron menos cosecha, obvio si no ha llovido, esos son los resultados”, advirtió.
PARTE DE LA SOLUCIÓN
Hasta antes de la declaración de emergencia nacional por incendios que el Gobierno dispuso, el experto calificó como “chiste” la labor que realizó el Estado porque consideró que no se ha hecho nada, pues “los bomberos no tienen ni diésel, no tienen insumos, ni siquiera agua para su alimentación, carburantes para movilizarse de un lugar a otro, encima están los bloqueos, entonces no hay nada y encima el Gobierno (…) debió declarar desastre nacional desde un principio, hace meses”.
Además de la ayuda internacional, considera que se debe atacar el problema de fondo que “consiste en frenar políticas públicas que son parte de un modelo depredador que está beneficiando a unos cuantos e impactando en la salud de 12 millones de bolivianos, poniéndonos vulnerables ante los altos niveles de contaminación”.
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