Las exportaciones de gas natural licuado (GNL) ruso a la Unión Europea alcanzaron un máximo histórico de 15,5 millones de toneladas en 2024, según datos de seguimiento de barcos citados por la empresa de información financiera y de noticias Bloomberg. Este aumento se produjo antes de que Ucrania suspendiera, a finales del año pasado, el contrato de tránsito de gas, lo que detuvo el flujo de gas ruso hacia varios países europeos. Aunque la Unión Europea ha intentado reducir o incluso eliminar su dependencia energética de Moscú, el GNL ruso representó el 21% de las importaciones totales del bloque en el primer semestre de 2024, consolidando a Rusia como el segundo mayor proveedor del combustible después de Estados Unidos.
Pese a las sanciones impuestas por Bruselas, que prohíben ciertas operaciones de reexportación de GNL ruso, los Estados miembros han seguido adquiriendo el combustible para compensar la caída en las importaciones por gasoducto. Expertos aseguran que Europa seguirá necesitando gas ruso ante la dificultad de desvincularse por completo de este suministro. Moscú, por su parte, ha reiterado su compromiso de aumentar su participación en los mercados globales de GNL, calificándolo como un producto energético clave para satisfacer la creciente demanda mundial.