El jefe de la Oficina para los Casos de Corrupción de Altos Funcionarios (CIO), Oh Dong Woon, pidió perdón ayer por no haber logrado la detención del presidente destituido Yoon Suk Yeol, en el plazo previsto por las fuerzas de seguridad del país.
Así, prometió lograr que sea finalmente arrestado durante los próximos días, tal y como expresó durante una nueva comparecencia ante la Comisión Judicial de la Asamblea Nacional, donde lamentó la fuerte oposición mostrada por los miembros del equipo de seguridad de Yoon en su residencia.
Ante las críticas vertidas en su contra, principalmente por miembros de la oposición, Oh atribuyó a “asuntos impredecibles” la imposibilidad de detener a Yoon durante la última semana, pero admitió que era su “responsabilidad”, según informaciones recogidas por la agencia de noticias Yonhap.
Para ello, explicó, la oficina Anticorrupción se “preparará de forma exhaustiva” para sacar adelante la próxima orden de detención contra el presidente, que fue destituido por el Parlamento después de declarar a principios de diciembre la polémica ley marcial, una cuestión que provocó una grave crisis política.
No obstante, la incertidumbre continúa después de que el viernes los agentes se toparan con cientos de miembros del equipo de seguridad, que formaron una barrera e impidieron el paso a las dependencias, evitando el arresto. Las autoridades cuentan con 48 horas desde que se produzca la detención para interrogar a Yoon, que deberán solicitar una orden para prologar su tiempo bajo custodia en caso de que sea necesario.
Así, los investigadores volvieron a pedir formalmente una prórroga de la orden de arresto, cuya petición anterior finalizó el lunes a medianoche. Ahora, la medida queda nuevamente en manos de la justicia. (Europa Press)