El infanticida identificado como Sayurdy Rivas Justiniano fue sentenciado a 30 años de prisión sin derecho a indulto, tras haber admitido que mató a al bebé de ocho meses, Julio C.R. su hijastro, al propinarles golpes porque lloraba. La madre que conocía la situación fue sentenciada a dos años, por el delito complicidad. Luego de la brutal golpiza que recibió el niño, dándolo por muerto, fue velado aún con vida.
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