Carlos Quisbert / Iván R. Rada.- La agenda globalista iniciada en las convenciones de Naciones Unidas ha promovido la eliminación de las formas de discriminación y violencia contra la mujer desde los años 40, con el establecimiento de la Comisión del Estatus de la Mujer o también conocida como la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer. Desde entonces, se pueden identificar tres etapas en las políticas de género y la lucha contra la violencia a la mujer que han influido en las acciones asumidas en Bolivia.
LENGUAJE INCLUSIVO VOTO UNIVERSAL
Para la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948, las 15 naciones integrantes de esa Comisión lograron insertar el llamado “lenguaje inclusivo”, para que se hable de la humanidad y no solo de los hombres.
El reconocimiento de los derechos políticos plenos, antes cortados o limitados, tuvo repercusión en países como Bolivia con la declaración del voto universal en el gobierno de la Revolución Nacional de 1952. El presidente Víctor Paz Estenssoro implementó el voto universal para dar ese derecho a indígenas, analfabetos y mujeres. Con esa modificación, el 21 de julio de ese año, el padrón electoral del país se incrementó de 205 mil votantes a 1,1 millones de ciudadanos.
Ese hito nacional era tan solo posterior a la reforma argentina de sufragio femenino impulsada por el peronismo en 1947 y anterior a lo que pasó en México, donde la mujer recién pudo ejercer su derecho al voto en la elección federal en 1955.
Bolivia seguía por vez primera el lineamiento global de una nueva sociedad post bélica que había notado el rol de las mujeres más allá de las labores del hogar.
Esa corriente global se repitió en gran parte de la región durante las siguientes décadas dando los primeros pasos para el llamado “empoderamiento” femenino en la política.
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