El arzobispo de Santa Cruz, Durante su homilía dominical indicó que la Palabra plantea el desafío de dar testimonio creíble con nuestra actuación coherente y fiel en el mundo necesitado de luz.
Sostuvo que el mundo está amenazado por la oscuridad y la confusión de la indiferencia a Dios, por el egoísmo y la codicia del poder, por la tiranía de ideologías secularistas y relativistas y por la superficialidad y el apego a interés mundanos y pasajeros.
Manifestó que la Palabra de Dios no es un don reservado solo para los cristianos, sino que es un don para toda la humanidad, por eso debemos dar a conocer a los que todavía no la conocen; “misión que debemos realizar con delicadeza y respeto, y con tranquilidad de conciencia”, indicó.
Sin embargo, recomendó también estar preparados a encontrar los muros de la indiferencia, del rechazo y, tal vez, de la persecución, como lo fue por Jesús, reportó Erbol.
Gualberti afirmó que las circunstancias difíciles en las que nos toca actuar hoy a nivel de salud y a nivel social, representan un gran reto de vida y de unidad, por eso exhortó a anunciar la Palabra con alegría, sencillez y fidelidad.