Nombramientos ilegales, resoluciones contrarias a la Constitución y las leyes, daño económico al Estado y usurpación de funciones, son los delitos por lo que el ejecutivo estudiantil de la Confederación Universitaria Boliviana (CUB), Max Mendoza Parra deben ser investigado, según Alexander Cruz, exdirigente de la Federación Universitaria Local (FUL, 2017-2019) en la Universidad San Francisco Xavier de Chuquisaca.
Según el exdirigente, Mendoza presuntamente incurrió en esos cuatro tipos penales al haber accedido a un cargo en el CEUB sin cumplir requisitos legales ni tener mérito académico y ganar más de 21 mil bolivianos mensuales.
Cruz junto a los exdirigentes Kevin Peña de Oruro y Jaime Jesús Grájeda de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) -todos ya profesionales – estimó que en cuatro años en el cargo, Mendoza presuntamente percibió 1.2 millones de bolivianos. Asimismo analizaron la situación del universitario de 52 años que sigue matriculado en la Universidad San Simón de Cochabamba con notas de calificación de 0 en varias materias en la carrera de Agronomía.
RECTORES
El exejecutivo de la FUL Chuquisaca, sostuvo que los rectores son responsables de haberle otorgado un sueldo de más de 21 mil bolivianos mediante la resolución administrativa N°36/2018, firmada por el rector de la Universidad Tomás Frías de Potosí, (Roberto) Bohórquez, sin tomar en cuenta que para entonces Max Mendoza ya estaba prorrogado más cuatro años, cuando el Reglamento Interno define un mandato de solo dos años.
Dijo que esa resolución fue legalizada por todos los rectores que conforman el directorio de la CEUB, en franca violación al artículo 29 del Estatuto Interno que dice que para ser miembro del directorio uno debe tener grado de doctor, magister, licenciado o ser docente titular por más de cinco años y Max Mendoza ni siquiera es profesional.
Cruz afirma que el Ministerio Público debería investigar a los rectores y a Max Mendoza. “Y que los rectores no se hagan a los locos, Max Mendoza coordina con ellos y los changuea. El rector de La Paz (Oscar Heredia) de la manera más sucia ha impuesto con una elección fraudulenta una FUL dependiente del rectorado y de Max Mendoza”, manifestó.
Alexander Cruz explicó que el modus operandi de Max Mendoza es operar en todas las universidades con grupos de choque para elegir a dirigentes “fraudulentos” que son avalados por los rectores para favorecer a Mendoza y que éste siga viviendo de los recursos del sistema universitario en complicidad de los rectores.
MUERTES
Explicó que en la gestión de Mendoza hubo varios muertos: nueve en la Universidad Pública de El Alto (UPEA), dos en la San Francisco Xavier, cinco en Potosí, y producto del accionar de esa “organización criminal”, pretende seguir en el poder universitario para fines personales, acotó.
Kevin Peña manifestó que Mendoza operaba como militante del Movimiento al Socialismo (MAS) y en esa condición manipulaba la elección en la FUL para evitar la renovación de dirigentes universitarios.
Por su lado, Grájeda ratificó que Oscar Heredia es uno de los rectores que sostiene a Max Mendoza, porque a pesar de varios cuestionamientos a las elecciones de la FUL, Heredia avaló junto a Mendoza el viaje de una delegación a un congreso de Tarija que debía realizarse el 23 de abril de 2022 a un costo de 82 mil bolivianos solamente en viáticos.
“Oscar Heredia quiere engañar a todo el pueblo y digo a todos los compañeros de la UMSA, como lo dijo Alexander, levántense, tumben rectores”, manifestó al cuestionar al estudiante Álvaro Quelali como dirigente de la FUL quien -según dijo – decide en farras con el secretario general de la UMSA, las acciones en esa Casa Superior de Estudios.
Peña, en su experiencia de la FUL de Oruro, dijo que por decisión de los estudiantes dejaron aportar a la CUB de Max Mendoza para ya no financiar la movilización de ellos y la misma decisión tomaron con la COB por pérdida de la independencia sindical.
Grájeda informó que esta semana debería realizarse un Congreso Nacional de Universidades y planteó suspender este evento hasta encontrar al último culpable de los hechos ocurridos en la ciudad de Potosí.
Los tres panelistas coincidieron en que los partidos se metieron a las universidades para armar estructuras políticas, aunque observaron que lo malo no es ser dirigente, sino el ejercicio del poder político que asumen algunos ensuciando a las universidades. (Erbol)