De acuerdo al recuento de la H Parlante, para probar dicho plan macabro, The Intercept aporta unos audios en los que López escucha a un contratista llamado Joe Pereira. “En ningún momento se oye al exministro proponiendo algo”.
“Cuatro meses más tarde, Del Castillo recalienta la información y añade una propia: cuatro de los implicados en el asesinato de Juvenel Moïse, presidente de Haití, habrían tenido una estancia en Bolivia entre el 16 y el 23 de octubre del año pasado. Se habrían alojado en el Hotel Presidente de La Paz y en el Marriott de Santa Cruz. ¿Qué hacían acá? Del Castillo no lo sabe. Supone que venían a matar a Arce Catacora”, se lee en la H Parlante.
GOBIERNO
Ayer, Del Castillo dio a conocer las hojas de vida de un grupo de sicarios que presuntamente fueron contactados por el exministro de Defensa, quienes pretendían atentar contra la vida del entonces candidato presidencial Luis Arce Catacora. En su exposición la autoridad dio a conocer tres nombres de sujetos que tenían antecedentes en operaciones militares y manejo de armas, uno de ellos ligado a la empresa de mercenarios Blackwater.
“Sam Brown, quien, según su propio C.V., es un operador profesional de rifle y además entrenado en la infantería de los Estados Unidos. Veamos aquí a otra persona: Ernest H. DeLong, este señor expresa en su curriculum que fue contratado por la conocida empresa internacional de servicios de guerra, Blackwater y que estuvo en Irak junto al ejército de los Estados UnidoS (…). El señor Davion Covell Hart, quien en su propio curriculum pone que es competente y certificado en el uso de armas de fuego, bombas y explosivos y que fue distinguido por sus servicios en Afganistán”, detalló Del Castillo.
La autoridad aseveró que acorde a una serie de audios publicados por el portal The Intercept se pudo verificar un plan siniestro en donde Fernando López se contactó con una persona de iniciales J. E. P. con quien entabló negociaciones para contratar a sicarios con experiencia en conflictos bélicos y operaciones militares. El objeto de las conversaciones entre ambos era ejecutar un plan que acabe con la vida de Luis Arce Catacora, entonces candidato del Movimiento al Socialismo a la máxima magistratura del Estado.
Acorde a investigaciones realizadas, se tuvo acceso a correos electrónicos en donde J. E. P. utilizaba un alias, Susan Peterson, nombre con el que efectuaba tratos con varias empresas dedicadas a prestar servicios vinculados con acciones irregulares como la reconocida Blackwater, corporación militar privada estadounidense que aglutina mercenarios especializados en operaciones de guerra.
También se supo que a través de un sujeto de nombre Joe Pereira se esperaba contar con la presencia de 300 sicarios en Bolivia con objeto de crear un clima de terror y convulsión, en un audio con López se pudo corroborar una solicitud de contar con hasta 10 mil hombres de ser necesario. En una carta interceptada del señor J. E. P. se evidenció la intención de contratar a paramilitares que operen en el territorio nacional otorgándoles un pago anual de 125 mil dólares americanos además de armamento y otras bonificaciones.
THE INTERCEPT
En julio pasado, cuando Del Castillo hizo la primera denuncia, la H Parlante refirió que “The Intercept” es un medio digital estadounidense creado en febrero de 2014.
En la oportunidad la H escribió que la denuncia, acompañada por un audio “interceptado”, al que se suma supuestos correos electrónicos confidenciales.
“Es de lamentar que la mayor parte de las referencias, que van por escrito, no estén en forma de grabación audible. Los tres segmentos que pueden escucharse en el sitio web del «Intercept» son parciales e incompletos. En ellos solo se oye a Fernando López, exministro diciendo que el plan del MAS consistente en reemplazar a las Fuerzas Armadas y la Policía de Bolivia por milicias cubanas y venezolanas, llevará a impedir que Luis Arce asuma el mando. Es lo que va a permitir que Bolivia se levante nuevamente y no permita el gobierno de Arce”, dice López Julio en la grabación interceptada.
Los otros audios permiten oír a un supuesto Joe Pereira, quien intenta convencer a López Julio sobre la conveniencia de enviar a Bolivia 10 mil mercenarios norteamericanos a ser embarcados en tres aviones de la Fuerza Aérea boliviana en La Florida. La tropa iba a ingresar al país invadido bajo el disfraz de personal contratado por empresas localizadas en Bolivia.
Según el «Intercept», López Julio planificaba un golpe de Estado para impedir que el MAS regresara al gobierno en 2020. Para ello habría coordinado acciones con tres veteranos de guerra: Joe Pereira, Joe Milligan y David Shearman.
“Lo peor no es tanto la falta total de evidencias, sino sobre todo lo descabellado del supuesto plan. López Julio habría asegurado para el golpe casi el 100% del alto mando militar. ¿Para qué quería entonces 10 mil hombres armados llegados de Miami? ¿Era aquel el plan Rozsa Flores actualizado ampliado a ser aplicado después de la victoria electoral del MAS? Todo lo urdido en esos días era simplemente absurdo”, escribió la H Parlante en julio.