Deiby, de 36 años, llegó al país vecino y se hospedó en un alojamiento. A la dueña le dijo que se iría a las 9:00 de la mañana del viernes 20 de agosto. Sin embargo, a las 10:20, el huésped no bajaba y la propietaria fue a buscarlo.
Fue ella quien comprobó que Deiby Paco se había ahorcado de una ventana. Antes de hacerlo, envió varios mensajes de Messenger a un amigo, desde una cuenta falsa.
«Es mi despedida hermano. Lo siento, sé que fallé como hombre, como hermano, como padre y como amigo. Me arrepiento mucho de fallarles, pero no me arrepiento de lo que hice. Y no lo haré. Ahora estoy muerto en vida y solo queda descansar. Ya hicieron todo conmigo, me mataron por dentro, sacaron lo peor de mí».
«Esa tipa jugó conmigo hasta llenar mi vida de odio y no es como dice su familia. Yo también quise dejarla, pero ambos no nos dejábamos. Hermano pedirte que luches por mis hijos, ahora me toca descansar. Perdón por no ser un buen hermano ni padre. Te pido que cuiden mucho a mis hijos».
Deiby Paco tenía dos hijos, un varón y una niña, de una anterior relación sentimental. Vivía con ellos y le envió un mensaje al número de su amigo: «Mis hijos, les fallé como padre. Los amo mucho hijitos, mis gorditos, les fallé».
A su amigo le escribió: «Gracias mi carnalito por toda la amistad compartida. Despedime de los cuates, Real Nocturno hasta la muerte». Luego nombró a sus hermanos, escribió que los amaba y les pidió perdón por lo que iba a hacer. «No me entierren, quémenme y echen las cenizas al cerro o déjenme al lado de mi Harold».
Por lo que escribió, pretendía llegar a otra ciudad de Argentina para despedirse de cuatro personas, pero acotó que ya no pudo hacerlo.
La abogada del Observatorio de Justicia de la Fundación Voces Libres, Mercedes Cortez, recordó que Selma Illanes, la víctima de 24 años, fue estrangulada y arrojada en el camino a Misicuni.
La hallaron el 18 de agosto, aunque estaba reportada como desaparecida desde el 16, cuando se despidió de su hermano Albert y se fue con su enamorado, Deiby Paco.
Mary Illanes, la hermana de Selma, al enterarse de que el feminicida se había suicidado declaró: «Deiby ha cometido dos crímenes, el quitarle la vida a mi hermana y ahora suicidarse él, sin pensar en sus hijos, en las familias. Solo puedo pedir que también descanse Deiby en paz, no nos queda otra, aunque la justicia divina hará el resto. Mi hermana ya está muerta y nada nos la va a regresar. Nosotros ya no podemos hacer nada», dijo llorando.
«Albert, Mary y la madre de Selma están muy afectados por lo ocurrido. Albert era muy unido a su hermana y fue el último en ver a la pareja, en una discoteca, antes de la tragedia. Este proceso concluye con la muerte del feminicida confeso, pero hay una familia destrozada que no halla consuelo porque le arrebataron a uno de sus seres más amados'», sostuvo la abogada Mercedes Cortez. (VocesLibres)