La responsable del Servicios Educativo del CIES Sucre, Ana María Salas, manifiesta que la pandemia acaparó la atención casi absoluta del sistema de salud y de los centros de salud públicos y privados.
Esa sería la razón para que muchos adolescentes y jóvenes no estén accediendo a la información correcta sobre salud sexual y reproductiva.
“Por eso se incrementaron los casos de embarazos en adolescentes y la violencia en parejas de forma alarmante”, expresa preocupada la profesional.
Salas indica que no hay datos estadísticos específicos sobre este tema, pues en este tiempo se ha hecho poco seguimiento de ese tipo de casos.
Según el Servicio Departamental de Salud (Sedes), en 2020 hubo hasta cuatro embarazos por día, en adolescentes y jóvenes, entre 10 y 19 años de edad. En la mayor parte de los municipios de Chuquisaca subió la cantidad de embarazos.
Por ejemplo, en Culpina se registró 49 embarazos en 2019 y 54 en 2020. Lo mismo pasó en Poroma: hubo 48 concepciones en 2019 y 63 en 2020. En Presto se verificó 11 embarazos en 2019 y 18 en 2020. Asimismo, fue en San Lucas donde se anotó 120 casos en 2019 y 151 en 2020. En Zudáñez se confirmó 27 embarazos en 2019 y 36 en 2020.
En Sopachuy hubo 15 concepciones en 2019 y 39 en 2020. En Tarvita, de 18 que hubo en 2019, aumentó a 51 en 2020. En Sucre ocurrió lo contrario pues hubo una reducción de embarazos, se apuntó 791 en 2019 y 693 en 2020.
Sin embargo, Salas sostiene que se tiene que contrarrestar esos datos con los del Fondo de Población de las Naciones Unidad (Unfpa), que datan de mayo y junio de 2020. Los mismos indican que en Chuquisaca se reportó cuatro embarazos en adolescentes ¡Cada hora!
“Muchas personas podrían decir es un caso más o uno menos. La cuestión es que estamos hablando de vidas, de adolescentes menores de 19 años embarazadas entre 12, 13 o 14 años, que, aunque hayan consentido, ‘si es que han consentido’ tener una relación sexual, han sufrido violencia y a eso se considera un delito”, manifiesta la responsable del servicio educativo.
Aclara que muchas chicas no acuden a los centros de salud públicos, van a privados y en otros casos asisten directamente a un laboratorio particular donde se hacen exámenes de orina o sangre para ver si están encinta. Además, los laboratorios particulares no reportan la cantidad de pruebas de embarazo que realizan.
“Consideramos que no hay una relación entre los datos que emiten a la mesa de derechos sexuales, la mesa de derechos reproductivos a nivel departamental, junto con el Unfpa y el CIES, con los que proporciona el Sedes que se basa específicamente en del Sistema Nacional de Información en Salud (Snis)”, explica Salas. (tomado de Correo del Sur).