Del 1 de enero al 31 de agosto de 2021, el Ministerio Público registró 81 casos de feminicidio y 27 infanticidios a nivel nacional, informó ayer el secretario de la Fiscalía General, Edwin Quispe. El departamento de La Paz es el que registra los mayores índices en ambos ilícitos.
“Son alarmantes estos números porque al parecer nuestras instancias encargadas de la prevención contra la violencia no están siendo efectivas. Nos preocupa sobremanera y hacemos un llamado a las autoridades nacionales y locales de La Paz, Cochabamba y Santa Cruz, donde se registra la mayor cantidad de feminicidios. Pedimos a las gobernaciones y alcaldías que endurezcan sus políticas de lucha contra la violencia, siendo que el feminicidio es el último eslabón de una espiral y cadena de violencia”, explicó Quispe.
Quispe precisó que los últimos casos se registraron el pasado 31 de agosto, en el municipio de Uncía (Potosí) donde se reportó un feminicidio e infanticidio y el autor presuntamente se ahorcó, todos eran miembros de una familia.
Efraín T. C. de 28 años de edad, presuntamente ingresó en horas de la noche a la casa de su exconcubina Nelly S. H. C. de 21 años, ubicado en el Distrito Candelaria, donde la estranguló dejándola sin signos vitales, luego sacó del lugar a su hijo en común de tres años y lo llevó en su automóvil a la Comunidad de Chiru Chiru del Ayllu Layme, donde le quitó la vida, posteriormente él se ahorcó al interior de su domicilio.
FEMINICIDIOS
Los datos oficiales del Ministerio Público dan cuenta que de los 81 casos de feminicidio la mayor incidencia está en el departamento de La Paz con 30 casos, Santa Cruz 14, Cochabamba 11, Oruro 7, Potosí 8, Chuquisaca 4, Beni 3, Tarija 3 y Pando 1.
INFANTICIDIO
Quispe apuntó que de acuerdo a los datos de la Fiscalía Especializada en Delitos Contra la Vida al 31 de agosto de la presente gestión se registraron 27 casos de infanticidio. Nueve casos en La Paz, siete en Chuquisaca, seis en Potosí, dos en Santa Cruz, dos en Cochabamba y uno en Tarija.
“Pedimos a las entidades encargadas de protección de la seguridad de los niños, niñas a nivel nacional puedan implantar políticas de prevención de lucha contra este flagelo, siendo que son los sectores más vulnerables y necesitan el reguardo de la población y necesitan estar seguras”, añadió Quispe.
NATURALIZACIÓN DEL ILÍCITO
A partir de las reflexiones que hace la feminista argentina Rita Segato, la directora de la Coordinadora de la Mujer en Bolivia, Mónica Novillo, alertó sobre la consolidación de la naturalización e impunidad de la violencia contra las mujeres.
“Segato lo que resalta en varias de sus investigaciones es que, en los casos de violencia sexual, los feminicidas y los agresores sexuales no están realmente arrepentidos de sus actos. Entonces, de alguna manera, la pedagogía de crueldad se va reproduciendo en nuestra sociedad y Segato plantea lo que las feministas señalan hace mucho tiempo, la violencia está siendo naturalizada, que significa que lo estamos asumiendo como algo tan natural que ya no mueve ninguna de nuestras fibras emocionales”, manifestó Novillo.
Para la especialista en temas de género, tanto los medios de comunicación, el sistema de educación y otra sin institución como la familia, el Estado y las leyes son base simbólica para la socialización de los valores patriarcales.
Novillo, con base a la investigación de Segató, planteó que la pedagogía de la violencia se implanta por la repetición. La exposición permanente a la violencia genera una especie de anestesia a la empatía del receptor.
“Hablar de violencia contra las mujeres ya no nos mueve ni una fibra emocional y actualmente la exposición a la violencia se ha ampliado, tenemos mayor acceso a información para los jóvenes a través de redes sociales y no necesariamente de la manera más adecuada”, afirmó Novillo.
La especialista señaló que, en general, cuando se habla de violencia destacan las cifras y los números, pero se habla de las historias que están detrás de los feminicidios. También observó que en redes sociales se instalaron imaginarios en que la sexualidad de la mujer debe ser administrada por hombres, que las tareas de cuidado corresponden solo a mujeres, o algunos videos que hicieron apologías de delito de violación, por ejemplo.
¿LA VIOLENCIA HA INCREMENTADO O SE VE MÁS?
Para Novillo se dan ambos procesos, pues a partir de las normas para prevenir la violencia se contribuyó a visibilizar; sin embargo, también se incrementó no solo en número sino también en crueldad.
Apuntó que la violencia contra las mujeres surge como expresión de un sistema social en el que se producen relaciones desiguales de poder entre mujeres y hombres.
Bolivia es país donde se registran más asesinatos a mujeres de Sudamérica. Las tasas de feminicidios más altas por cada 100.000 habitantes en 2018 fueron para El Salvador (6,8), Honduras (5,1) y Bolivia (2,3). De acuerdo con ONU Mujeres, Bolivia es el segundo país con las tasas más altas de violencia sexual contra las niñas y las mujeres.
Según la Encuesta de Prevalencia y Características de la Violencia Contra las Mujeres de 2016, Siete de cada 10 mujeres sufrió violencia física en algún momento de su vida. La mayor cantidad de las víctimas que denuncian violencia contra la mujer están entre los 29 y 59 años.
El mismo informe señala que el 67 % de las denunciantes hacen o presentan una denuncia formal y solo el 56,4 % de ese total no tiene sanción. Solo se dio sentencia penal al 35 % de los casos.