En una entrevista concedida a Radio Cooperativa, ha incidido en que Sucre no ha cooperado con Santiago para controlar los ingresos irregulares de migrantes -en especial venezolanos- en el norte del país y, de forma paralela, ha señalado que “hay mucha ayuda de los llamados ‘coyotes’ al otro lado de la frontera”.
Así, ha justificado la instalación de un campamento de Carabineros en Colchane, que anunció el miércoles el ministro del Interior, Rodrigo Delgado. El objetivo al duplicar la presencia policial en la zona es garantizar que los agentes resguarden la zona por turnos. “Tenemos 300 kilómetros de frontera con Bolivia y Bolivia no hace ningún esfuerzo para que la gente no cruce”, ha insistido.
A juicio de Quezada, el control migratorio es “un desafío de Sudamérica” y ha matizado que el ministro de Exteriores chileno, Andrés Allamand, por encargo del presidente, Sebastián Piñera, trabaja “en conjunto con otros países” y “en línea de colaboración” a este respecto.
No obstante, y dado que la mayoría de los migrantes que cruzan a Chile son venezolanos, ha pedido “ir al origen de todo esto, que es la crisis social, económica y política de la dictadura de (el presidente de Venezuela, Nicolás) Maduro”.
Varias decenas de personas salieron el sábado a las calles de la localidad de Iquique para protestar contra la migración ilegal y quemaron las pertenencias de los migrantes venezolanos, entre las que se encontraban carritos de bebé, por ejemplo. La protesta tuvo lugar un día después de que los Carabineros desalojaran a migrantes de una plaza de la localidad.
En este sentido, Quezada ha señalado que el incendio “no es el reflejo de lo que es la gente de Tarapacá”. “Es una crisis que ni los tarapaqueños ni los chilenos creamos, y tenemos que unirnos en torno a una solución, que tiene que pasar también por tener leyes (…) tenemos que entrar en una discusión respecto de lo que queremos para Chile en el tema de migración”, ha zanjado. (Europa Press)