El Gobierno de Ucrania denunció ayer un ataque a gran escala de las Fuerzas Armadas de Rusia contra instalaciones energéticas, que afectó aproximadamente15 regiones, entre ellas Kiev, dejando varios muertos y heridos.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, aseguró que se trata uno de los mayores ataques combinados de las fuerzas rusas desde el inicio de la guerra, pues habrían lanzado, según sus cálculos, más de cien proyectiles de diferentes tipos y otro centenar de drones.
«Como la mayoría de los ataques rusos anteriores, este es igualmente cobarde y tiene como objetivo infraestructura civil crítica (…). Desgraciadamente hay víctimas. Mi más sentido pésame a todos los familiares y amigos. Hay decenas de heridos», contó a través de un mensaje en sus redes sociales.
Zelensky aprovechó lo ocurrido para volver a reclamar a los socios de Ucrania, el permiso necesario para utilizar el armamento que reciben para atacar las posiciones rusas, desde las que se lanzan este tipo de ataques y apunta que el presidente ruso, Vladimir Putin, «solo hará lo que el mundo le permite hacer».
«Cada uno de nuestros socios sabe qué decisiones se necesitan para poner fin a toda esta guerra, y para terminarla con justicia. No puede haber restricciones de largo alcance en Ucrania, cuando los terroristas no las tienen», aseveró.
En ese sentido, Zelensky lamentó que las fuerzas ucranianas tengan restricciones armamentísticas, mientras sus homólogas rusas cuentan con hasta apoyo de Corea del Norte. «Estados Unidos, Reino Unido y Francia tienen el poder de ayudarnos a detener el terrorismo. Se necesitan soluciones», reclamó.
En esa línea apuntó también el ministro del Interior, Denis Shmigal, quien aseguró que para detener todos estos ataques «es necesario destruir el lugar desde donde se lanzan los misiles rusos».
«Ucrania necesita armas de largo alcance y el permiso de sus socios para atacar con ellas objetivos rusos. Contamos con el apoyo de nuestros aliados y haremos que Rusia pague», escribió en su cuenta de Telegram.
Shmigal precisó que fueron quince las provincias ucranianas que se vieron afectadas durante los últimos bombardeos, entre ellas Vínnitsia, Zhitómir, Jmelnitski, Ternópil y Leópolis. En Kiev, los ataques provocaron daños al suministro eléctrico, que tuvo que ser interrumpido.
El ministro de Energía de Ucrania, Herman Galushchenko, aseguró que la situación «es difícil» después de estos ataques, que una vez más, lamentó, busca privar a los ucranianos de electricidad. Por ello, se vieron obligados a imponer cortes de energía de manera urgente. (Europa Press)