El gobierno polaco reiteró su oposición a aceptar migrantes reubicados en virtud del pacto migratorio de la Unión Europea, argumentando que supone una amenaza para la seguridad nacional. El ministro del Interior, Tomasz Siemoniak, declaró que Polonia no cumplirá con las obligaciones del pacto y no aceptará migrantes reubicados, y que en su lugar pagará una multa de 20.000 euros por persona.
La decisión de Polonia se produce en un momento en que el país está experimentando un aumento en la afluencia de migrantes a través de su frontera con Bielorrusia. Según estimaciones, más de 26.000 migrantes han cruzado la frontera este año. La Comisión Europea ha declarado que Polonia sigue vinculada a las obligaciones del pacto y que debe aceptar el reasentamiento de los migrantes asignados o pagar una multa por cada persona rechazada.