Unos 200 marchistas llegarán hoy a San Ignacio de Velasco tras recorrer casi 150 kilómetros.
La Primera Marcha por la Vida y el Territorio de las comunidades indígenas del Alto y Bajo Paraguá continúa ganando fuerza a medida que se aproxima a su destino final en San Ignacio de Velasco, donde se prevé arribe hoy cerca de las 17:00 horas, según informó a EL DIARIO, el dirigente Jordy Suárez.
Este movimiento, que comenzó con la participación de 12 comunidades, ahora suma más de 200 marchistas que han recorrido más de 137 kilómetros, exigiendo el fin de los avasallamientos y la protección de su territorio ancestral, devastado por la sequía y los incendios forestales.
El grupo, que partió desde la comunidad San José de Campamento, está compuesto por pueblos originarios que dependen directamente de la tierra para su subsistencia. Su petición principal es el desalojo de los asentamientos ilegales que han invadido sus tierras, la abrogación de leyes que permiten incendios forestales y la conservación de sus recursos hídricos.
Al respecto, la diputada chiquitana por Creemos, María René Álvarez, declaró: “estas comunidades han perdido el 90% de su territorio debido a incendios y el país parece ignorar esta tragedia por una mezquina agenda política que solo beneficia a unos pocos”.
Álvarez envió cartas a los ministerios pertinentes, exigiendo atención inmediata a este problema que ha llevado a los indígenas a marchar en defensa de sus hogares y su cultura.
Las comunidades marchantes, entre ellas El Carmen de Ruiz, San Antonio del Carmen y Santa Rosa de la Roca, han sido bien recibidas en cada punto de descanso, como en San Javierito, donde llegaron a las 10:30 horas de ayer tras cumplir su meta de avanzar 137 kilómetros.
A pesar de las dificultades, no se han registrado bajas en la marcha y la moral sigue alta. El líder indígena, Jordy Suárez, subrayó que esta marcha no es solo una protesta, sino una lección para todo el país sobre la importancia de proteger la naturaleza y las tierras ancestrales.
Los marchistas se han enfrentado a condiciones extremas con el humo de los incendios forestales, cubriendo la región por más de cinco meses. Los animales mueren por falta de agua y alimentos, mientras que los seres humanos sufren problemas de salud sin recibir asistencia médica adecuada.
A pesar de estos retos, las comunidades siguen firmes en su camino hacia San Ignacio de Velasco, donde esperan recibir apoyo de la población local y la atención urgente del Gobierno.
La situación en el Alto Paraguá no es solo un problema local, sino un síntoma de una crisis ambiental más amplia en Bolivia. La deforestación, los incendios forestales y la invasión de tierras están destruyendo no solo los ecosistemas, sino también la forma de vida de comunidades que han habitado esas tierras durante siglos.
“Estamos luchando por la vida y el agua”, afirmó Lordy Suárez, cacique de la comunidad de San Simón. La marcha se ha convertido en un símbolo de resistencia, de la defensa de la naturaleza y de los derechos de los pueblos indígenas.
La llegada de los marchistas a San Ignacio de Velasco será un punto crucial para determinar si el Gobierno boliviano y la comunidad internacional escucharán y actuarán en respuesta a las demandas de estos pueblos originarios. Su lucha no es solo por el presente, sino por las generaciones futuras que, si no se toman medidas, podrían no tener tierras ni recursos naturales para sostenerse. (Santa Cruz, EL DIARIO)
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