Ya pasaron muchos años desde que el básquetbol peleaba el primer puesto de preferencia en las disciplinas deportivas de nuestro país, La Paz era el departamento líder en competencias de este deporte que comenzó a seducir a la juventud boliviana desde los años ’20 y ’30, producto de la ola de costumbres que nos llegaban, especialmente de los Estados Unidos de Norte América.
El renacimiento del baloncesto se presentó junto a la realización en nuestro país de los VIII Juegos Deportivos Bolivarianos (1977), con selecciones nacionales en damas y varones , que se constituyeron en potencias a nivel de Sud América. Paralelamente, el resurgimiento de clubes como Umpayú de Tarija, Litoral, Colmil e Ingavi de La Paz, que hacían vibrar el coliseo “Julio Borelli” con partidos emocionantes y de gran nivel técnico, que se prolongaban más allá de la medianoche y con llenos completos de público en las graderías.
Precisamente, el ‘cuasi’ eterno campeón era el Club Ingavi, que contaba en sus filas con verdaderas estrellas dirigidas por Roberto ‘Negro’ Ayllón: Rodolfo Aliaga, Edgar Pozo, Enrique Rodríguez, René Verduguez y Guido Meruvia, quien hoy se coloca en el Podio de los campeones de DEPORTES EL DIARIO.
“Tengo grandes recuerdos de mi vida como deportista. Comencé a los 13 años con la práctica competitiva y siendo estudiante del Colegio La Salle, yo soñaba con ser futbolista. Pero mis entrenadores me vieron habilidad para el básquetbol que luego se convirtió en mi pasión, hasta nuestros días”, comienza su relato, Guido Meruvia, que hoy, con 76 años de edad, considera que tiene una vida feliz y tranquila.
En su hogar ubicado en la zona de Obrajes de La Paz, Guido está rodado de fotografías, trofeos y recuerdos.
“Lo más grande que me ha dejado el básquetbol y el club Ingavi es contar con grandes amigos. Muchos de ellos ya se fueron de la vida terrenal, como es el caso de mi gran compañero Rodo Aliaga. Con muchos otros nos seguimos reuniendo para rememorar las hazañas del Ingavi”, continúa.
En su opinión, el básquetbol boliviano, casi nunca tuvo el apoyo correspondiente de la dirigencia deportiva y hasta el momento, “siguen faltando espacios para practicarlo”.
“Comencé a jugar a mis 16 años y solamente vestí la camiseta de dos clubes, Colmil (cuando hacía mi servicio militar) y luego pasé a conformar las filas del Club Ingavi, que fue la mejor etapa”, cuenta.
El club Ingavi nació hace 69 años, un 9 de noviembre, en las aulas del colegio La Salle. Su nombre original fue Club Chile y sus colores eran el rojo, el azul y el blanco, pero el reglamento de la Asociación de Básquetbol tenía un punto según el cual ningún club podía llevar ese nombre por la Guerra del Pacífico, que nuestro país tuvo con el vecino país.
Los primeros triunfos en su historial fueron logrados en el fútbol, época en la que se codeó con los grandes clubes del fútbol paceño, Bolívar y The Strongest; esto desde 1945 hasta 1955, cuando el club ya llevaba el nombre de Ingavi.
Por factores económicos el equipo de fútbol desapareció, pero quedó el de básquetbol que tuvo su época de oro en los años 60. Cuando Rodolfo Aliaga, Edgar Pozo, Enrique Pozo, Guido Meruvia y Enrique Rodríguez lograron 13 campeonatos consecutivos.
El secreto para que este club perdure a través del tiempo fue la escuela de básquetbol que Roberto Ayllón Chávez creó. Este en su momento fue jugador y posteriormente entrenador del equipo. Murió luego de un partido de fútbol. Este inquieto hombre en el campo deportivo, fue profesor de dibujo, literatura, historia y francés. (SIC Blogger.com)
“Yo veo que antes había buenos basquetbolistas. Hemos ido a varios Sudamericanos representando a Bolivia, por ejemplo a Sao Paulo y Antofagasta. Vivimos lindos partidos muy emocionantes y lo más rescatable era el compañerismo entre nosotros”, afirma.
Guido Meruvia fue varias veces seleccionado paceño y nacional, pero recuerda como el momento más grato “el haber sido abanderado del deporte paceño”
“Antes, La Paz estaba en los primeros lugares de nuestro país y aportaba con muchos deportistas. Luego hubo un bajón que está perdurando por mucho tiempo”, remarca.
A tono con la coyuntura deportiva de nuestro país, se declara admirador de la Selección Boliviana de Fútbol que dirige Óscar Villegas y remarca que “una vez más se comprueba que cuando se le da la oportunidad a los jóvenes, se logran grandes cosas”.
“Soy un convencido que en el deporte y todos los campos de la vida, hay que dar paso a la juventud. Tal vez aportar con nuestra experiencia, pero dejar que los jóvenes actúen. El futuro es de ellos”, sentencia.
Con la cordialidad que le caracteriza, Guido Meruvia nos enseñó sus fotografías del pasado y de su presente junto a sus compañeros de equipo.
“Jamás dejamos de reunirnos y aunque ahora no puedo hacer deporte porque me recupero de dos operaciones en mi columna por hernia de disco, los sigo acompañando en sus inquietudes deportivas”, concluye.
Guido Meruvia Gutiérrez es un campeón de la vida. Ejemplo para las nuevas generaciones de basquetbolistas por su disciplina en la cancha y fuera de ella.
GHILKA SANABRIA