Ubicado en el edificio de oficinas en 1133 Avenue of the Americas, este rascacielos se convierte en el primero y único del planeta en utilizar un limpiacristales robótico. Este innovador sistema es tres veces más eficiente que los humanos.
Los tradicionales limpiacristales que operan en rascacielos de ciudades como Nueva York y Londres están a punto de ser reemplazados. La empresa Skyline Robotics ha instalado el primer robot del mundo para limpiar ventanas en un edificio de 45 pisos en Manhattan. Su nombre es Ozmo, un dispositivo que combina robótica avanzada, inteligencia artificial y sensores de alta precisión para realizar la limpieza de cristales de forma rápida y segura.
Funcionamiento del robot
Ozmo opera de manera similar a los humanos, suspendido de una plataforma desde la parte superior del edificio. Dos brazos robóticos Kuka se encargan de las tareas de limpieza, supervisadas inicialmente por un operador desde la azotea. Según Michael Brown, CEO de Skyline Robotics, esto representa «el futuro del mantenimiento de fachadas».
La plataforma está equipada con un sistema LiDar (Light Detection and Ranging) que le permite mapear su entorno en tres dimensiones, asegurando su posición y orientación respecto a la fachada y los cristales. Este sistema escanea cada rincón del edificio, identificando las áreas a limpiar y optimizando la ruta para cada ventana. Skyline Robotics asegura que Ozmo puede trabajar incluso en condiciones climáticas adversas, como fuertes vientos, gracias a su inteligencia artificial que le permite mantener la estabilidad y operar con eficiencia.
Mayor seguridad en la limpieza
Un aspecto crucial de Ozmo es su ‘sentido del tacto’. El robot evalúa la fragilidad del cristal y ajusta la presión durante la limpieza mediante sensores de fuerza. «Ozmo calcula el nivel de fragilidad del vidrio y utiliza la presión adecuada para garantizar una limpieza impecable», explica Skyline Robotics. Esta precisión es esencial para evitar daños, especialmente en edificios con superficies delicadas.
El robot no sigue un trayecto fijo; su inteligencia artificial recalcula constantemente la ruta de limpieza, garantizando siempre el camino más efectivo y seguro. Esta adaptabilidad le permite manejar imprevistos en tiempo real, como ventanas abiertas o defectos en la fachada, evitando así cualquier daño al edificio o a personas cercanas.
El ocaso del trabajo manual
Aunque Ozmo actualmente requiere supervisión humana, Skyline Robotics planea lanzar una versión completamente autónoma que eliminará la necesidad de intervención humana. Aunque esto podría resultar en la pérdida de empleos, expertos en robótica argumentan que beneficiará a la humanidad al asumir tareas de alto riesgo. Sin embargo, también se prevé que estos robots asuman otros trabajos manuales no peligrosos en sectores como la construcción, logística y limpieza.
La implementación de Ozmo en Nueva York es solo el comienzo de un ambicioso plan de expansión global por parte de Skyline Robotics, que ya ha patentado su tecnología en Japón y Singapur, y tiene planes para llevarla a Londres.