Abdullah Almalki, Ahmad Elmaati y Muayyed Nureddin habían sido detenidos y torturados justo después de los atentados del 11 de septiembre de 2001, pero los tres resultaron ser inocentes y el Gobierno de Canadá los tuvo que indemnizar con 31,5 millones de dólares canadienses (USD 24,6 millones) informaron ayer medios de comunicación locales.
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