Quito.- Ecuador conmemoró ayer a las 670 víctimas del terremoto de magnitud 7,8 que sacudió hace un año el noroeste del país con oficios religiosos y reflexión, pero con un ojo puesto en el futuro y en la recuperación de la zona, cuyo impacto económico cifró el Gobierno en cerca de 3.400 millones de dólares.
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