Las maniobras, que se alargaron durante tres días, permitieron a las fuerzas chinas realizar diversos ejercicios, poner a prueba sus capacidades, simular ataques y poner en práctica un posible bloqueo de la isla.
«El ejercicio, realizado entre el 8 y el 10 de abril, posibilitó poner a prueba de forma exhaustiva la capacidad de combate del Ejército en las condiciones actuales», indicó el Mando Oriental de Operaciones en un comunicado recogido por la agencia de noticias Xinhua.
En las maniobras participaron varios cazas con munición real y otras aeronaves, con las que las fuerzas chinas llevaron a cabo varios simulacros de confrontación con el objetivo de destruir fuerzas aéreas enemigas y mantener su supremacía aérea.
Así, las fuerzas chinas concluyeron que las tropas están preparadas para luchar cuando sea necesario y destacaron que podrán aplastar con resolución cualquier conato de independencia por parte de Taiwán.
Por su parte, el Ministerio de Exteriores de Taiwán condenó estos ejercicios y matizó que socavan la paz y estabilidad en la región y agradeció a Estados Unidos su apoyo y su postura crítica a la hora de pedir a China actuar de forma razonable y mediante la contención.
«El Ministerio reitera que la presidenta de Taiwán simplemente ejerce su derecho básico propio de una nación soberana a la hora de visitar otros países y verse inmersa en actividades diplomáticas, por lo que China no tiene derecho alguno a intervenir», afirmó en un comunicado.
Así, incidió en que al usarlo de pretexto para llevar a cabo provocaciones, China está claramente desafiando el orden internacional y está socavando la paz y estabilidad a ambos lados del estrecho de Taiwán y la región al completo.
Esto, tal y como denunció Taipéi, contraviene los principios básicos de la Carta de Naciones Unidas, que establece que las disputas deben solventarse de forma pacífica. «Como miembro responsable de la comunidad internacional, Taiwán no provocará un aumento del conflicto ni instigará disputas, sino que salvaguardará su soberanía y seguridad nacional y actuará con firmeza para defender la democracia y la libertad», recoge el documento.
Además, añadió que Taiwán seguirá manteniendo comunicaciones de forma coordinada con Estados Unidos y otros países de mentalidad similar para frenar el expansionismo autoritario y la agresión mientras trata de preservar el orden internacional en una región del Indo-Pacífica libre y abierta.
La escalada de las tensiones en la región se inició con el viaje a la isla de la ahora expresidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, en agosto del pasado año, si bien repuntó tras el encuentro entre la presidenta taiwanesa, Tsai Ing Wen, y el actual presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Kevin McCarthy. Taiwán cuenta con un Gobierno independiente desde 1949, pero China considera el territorio bajo su soberanía. (Europa Press)