Estos últimos días, en gran parte de Europa -incluido en España- hemos pasado las tardes arrebatados de calor como aquí nuestro amigo Szeriy, uno de los dos jóvenes osos polares del zoo de Budapest. El parque zoológico de la capital húngara es uno de los más antiguos de Europa y tiene sobrada experiencia con osos polares, pero, evidentemente, poco podía hacer contra los 39 grados centígrados que han llegado a marcar los termómetros, 12 más que la media histórica.
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