Más personas 89 murieron, decenas ciudadanos resultaron de heridos y miles de civiles están atrapados en sus casas sin agua potable, alimentos o atención médica por la violencia entre bancas criminales en Haití.
La capital de Haití, tradicionalmente azotada por la violencia, el hambre y la pobreza, vive una nueva crisis de seguridad.
Desde el pasado viernes, una disputa entre pandillas por el control de la comuna de Cité Soleil ha convertido zonas de Puerto Príncipe en auténticos campos de batalla, con tiroteos y asaltos recurrentes, sin que las autoridades puedan ponerle freno.
De acuerdo con el diario local Le Nouvelliste, las bandas bloquearon también numerosas carreteras, aumentado los secuestros y bloqueado los accesos a terminales de combustible, lo que ha empeorado la crisis energética que ya vivía la nación caribeña.
En Cité Soleil, uno de los barrios más pobres y densamente poblados de Haití, los residentes no han logrado salir de sus casas en más de cinco días y las pandillas han impedido también la entrada de ayuda humanitaria, incluidos camiones que transportaban agua potable.
Organizaciones civiles han llamado a las bandas a permitir la entrada de alimentos y agua a la zona, pero los combates continúan y gran parte de la capital se encuentra paralizada.
“A lo largo del único camino hacia Brooklyn (un barrio de Puerto Príncipe), nos hemos encontrado con cadáveres que se están descomponiendo o quemando”, dijo en un comunicado Mumuza Muhindo, jefe de misión de Médicos Sin Fronteras en el país.
“Pueden ser personas muertas durante los enfrentamientos o personas que intentaban salir y que recibieron disparos; es un campo de batalla real. No es posible estimar cuántas personas han muerto”, agregó.
El Programa Mundial de Alimentos de la ONU advirtió sobre la situación desesperada que vive el país y estimó que más de un millón de personas “están a un paso de la hambruna”.
DETRÁS DE LA VIOLENCIA
Según medios locales, la violencia en la capital parece ser el resultado en esta ocasión de un enfrentamiento entre las pandillas llamadas G9 y GPEP, que se disputan el control territorial de Cité Soleil.
La G9 es una coalición de grupos criminales dirigida por un exoficial de policía, Jimmy Cherizier, alias “Barbecue”, que ha sido responsabilizada de numerosas masacres.
Mientras, la GPEP es una pandilla local de Cité Soleil, que ha crecido en los últimos tiempos tras alianzas con grupos armados de los alrededores de la capital de Haití.
La nueva ola de violencia en Puerto Príncipe estalló un día después del primer aniversario del asesinato del presidente Jovenel Moïse, cuyos responsables todavía no han sido llevados ante la justicia.
Desde la muerte de Moïse, el país ha vivido una creciente crisis política y un vacío de poder que ha llevado a las bandas criminales a reforzar el control de gran parte de la capital y otras ciudades importantes.
Datos de organizaciones de derechos humanos indican que solo en mayo pasado, más de 140 personas murieron por los enfrentamientos entre otras dos pandillas rivales, Chen Mechan y 400 Mawozo.
Las autoridades haitianas estiman que la situación, que se extiende desde hace meses, provocó más de 20.000 desplazados.
El gobierno interino vive una crisis de legitimidad y es cuestionado por miembros de la sociedad civil que aspiran también a gobernar el país.
Además de carecer de un gobierno electo a un año del asesinato del mandatario, el Parlamento se redujo a solo 10 senadores y el sistema de justicia está casi paralizado, dado que abogados y jueces no pueden acudir al juzgado de Puerto Príncipe porque se encuentra en una zona controlada por las bandas criminales. (BBC Mundo)