Brock, un antiguo teniente coronel de 55 años, irrumpió en el edificio del Senado engalanado con sus ropas del Ejército aquel 6 de enero en el que una multitudinaria turba de seguidores del expresidente Donald Trump acudió a su llamada para impedir el recuento de los votos electorales que certificaban el triunfo de Joe Biden en las presidenciales de noviembre de 2020.
En vísperas de aquel asalto, la acusación mostró cómo Brock en redes sociales mostró que prefería la insurrección antes de reconocer el resultado de aquellas elecciones e incluso un día antes de que tuviera lugar el motín escribió que la segunda revolución estadounidense comienza en menos de dos días.
Precisamente ese es uno de los delitos por los que fue hallado culpable, el de intento de un procedimiento oficial, así como por otros cinco cargos menores. Si bien la pena podría ser de hasta 20 años, la sentencia se conocerá en febrero.
Según los fiscales, durante los escasos 10 minutos en los que estuvo paseándose por el Senado, Brock tuvo tiempo de registrar los escritorios de varias de las oficinas de los senadores, según información.
Brock es uno más de los variopintos, pero peligrosos, seguidores de Donald Trump que no dudaron en plantarse aquel 6 de enero ante el Capitolio tras escucharle en un discurso a las puertas de la Casa Blanca decir que las elecciones fueron un fraude y debían ser impugnadas.
Considerada por la Fiscalía de Estados Unidos, como la investigación de mayor alcance de su historia, el caso contra los sediciosos que acudieron al Congreso para detener el traspaso de poder de Joe Biden, con saldo hasta el momento con más de 870 detenciones luego de 22 meses desde que se produjo la insurrección. (Europa Press)