En lo que va de año, el Índice Nacional de Precios al Consumidor y Canasta Alimentaria ha escalado hasta el 525,7 por ciento.
Los grupos de bienes y actividades que tuvieron una mayor incidencia fueron los de educación, con un alza del 66,2 por ciento, debido principalmente al inicio del nuevo año escolar. A este rubro le siguió la comunicación (20 por ciento) y servicios (17,3 por ciento), impactado por el incremento en los servicios básicos de agua y luz.
Con estos registros, Venezuela se ha vuelto a consolidar como el país con una mayor inflación del mundo. Según datos del Banco Central de Venezuela, en 2020 alcanzó un nivel del 2.959,8 por ciento, y según estimaciones del FMI, este año cerrará en un nivel del 5.500 por ciento.
El fundador del Observatorio, Ángel Alvarado, ha explicado que la liquidez monetaria emprendida por el Banco Central presionó al alza los precios.
Pese a los abultados registros, el órgano opositor ha explicado que el aumento de los precios observado en septiembre se ha producido en un contexto de relativa estabilidad del tipo de cambio. De este modo, los efectos de la reconversión monetaria emprendida por el régimen de Nicolás Maduro, por la que eliminó seis ceros al bolívar, se observarán en las cifras del mes de octubre.
El Banco Central anunció en agosto que la nueva reconversión y la introducción del bolívar digital «constituye un hito histórico necesario en un momento en que el país comienza el camino de la recuperación económica», tras una crisis provocada por el «brutal ataque» a la economía y la moneda venezolana, así como «la criminal aplicación de un bloqueo económico y financiero».
Por su parte, la canasta básica alimentaria para una familia de cinco personas alcanzó un coste de 304 dólares, frente al salario mínimo del país, que se mantiene en unos 7 bolívares, equivalentes a unos 20 céntimos. (Europa Press)