Los últimos acontecimientos políticos que dejaron a nuestro país un mes sin fútbol profesional, fueron las consecuencias de la resistencia del anterior gobierno de cumplir con lo dispuesto por la Constitución Política del Estado que, de manera similar ocurría con la Federación Boliviana de Fútbol de incumplir con la Carta Magna al no permitir que los jugadores naturalizados sean considerados bolivianos como debían y no solamente para vestir la camiseta de la selección nacional y no así cuando jugaban por su club manteniendo su calidad de extranjero, cometiéndose una aberración jurídica sin fundamentación legal alguna durante muchos años, simplemente por el comentario de que nos llenaríamos de naturalizados y que nada raro sería que en algún momento el equipo entero estaría conformado por ellos para vergüenza de nuestro fútbol que no tiene divisiones inferiores para promocionar valores a la división profesional.
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