Bonafini, un ama de casa de la ciudad de La Plata, se convirtió en una de las activistas por los derechos humanos más renombradas del país, después de que ella y otras 13 mujeres comenzaran la búsqueda de sus hijos secuestrados por las fuerzas de seguridad entre las décadas de 1970 y 1980.
En su caso, Bonafini sufrió la pérdida de sus dos hijos varones durante el régimen militar argentino en el que miles de activistas, académicos y disidentes políticos fueron asesinados o desaparecidos por la fuerza. Ninguno de sus hijos apareció y se presume que están muertos.
“Con mucho dolor informamos que falleció Hebe de Bonafini. Agradecemos enormemente las demostraciones de amor y acompañamiento”, señaló en una carta difundida a medios Alejandra Bonafini, hija de la referente.
Desde su primera protesta el 30 de abril de 1977, las Madres de Plaza de Mayo, grupo identificado por llevar pañuelos blancos y marchar semanalmente frente a la casa de Gobierno, desempeñaron un rol crucial en la defensa de los derechos humanos en el país.
Se estima que unas 30.000 personas desaparecieron durante la última dictadura militar (1976-1983), de acuerdo a grupos de derechos humanos. Muchos de los cuerpos de los secuestrados nunca fueron encontrados.
Al regreso de la democracia, debido a diferencias ideológicas sobre cuestiones políticas, las Madres se dividieron en diferentes grupos y Bonafini, quien tenía admiradores y detractores por sus comentarios directos y sin miramientos, dedicó parte de su vida a la ayuda social.
La activista llegó a decir que se puso feliz por el ataque del 11 de septiembre en Estados Unidos o expresar que el Papa Juan Pablo II ardería en el infierno por manifestar su solidaridad con las madres de los separatistas de la agrupación vasca ETA encarcelados.
Durante ese proceso judicial, la activista se mostró reacia ante la Justicia, no acudiendo a las citaciones pese a ser buscada con fuerzas de seguridad, alegando que ya había presentado la documentación pertinente para la investigación.
Más de 40 años después de su primera marcha, las ahora ancianas “Madres de Plaza de Mayo” continúan con sus movilizaciones pacíficas y simbólicas para saber qué ocurrió con sus hijos y como forma de presión para que se continúe juzgando a los oficiales militares que actuaron en la dictadura.
El Gobierno argentino anunció poco después de la muerte de Hebe tres días de duelo nacional. (Reuters).