Lo que parecía una caída inminente durante el fin de semana resultó en una férrea defensa de las tropas ucranianas en Bakhmut e incluso algunos avances exitosos sobre las tropas rusas, obligándolos a retroceder, en una batalla que ha cobrado un enorme valor simbólico para ambos bandos.
El ejército invasor planeaba rodear por completo la ciudad del este de Ucrania, convertido en uno de los epicentros de la guerra, pero las tropas locales mostraron una dura respuesta.
En su informe cotidiano, el Estado Mayor ucraniano dijo que repelió «más de 130 ataques enemigos» en las últimas 24 horas en varios lugares del frente, incluyendo Limán, Bakhmut, Kupiansk y Avdiivka.
Fue a primera hora del sábado cuando las brigadas ucranianas pasaron al ataque, y posteriormente se sumaron cientos de tropas, montando asaltos desde tierra y bombardeando las posiciones rusas desde las afueras de la ciudad.
«Confío en que Bakhmut resistirá», dijo el coronel Yevhen Mezhevikin, comandante de un grupo táctico combinado que lucha en la zona. «Tenemos fuerzas suficientes para hacer retroceder al enemigo de esta ciudad, pero depende de las tareas que tenga el mando, ya sea mantener la ciudad o infligir las máximas pérdidas al enemigo», dijo, según publicó The New York Times.
El reporte del periódico estadounidense indicó que los soldados sobre el terreno expresaron su cansancio, pero no parecían dispuestos a rendirse.
El Times indicó que incluso antes de que Ucrania intensifica sus ataques contra los rusos en Bakhmut durante el fin de semana, sus fuerzas se habían movilizado para hacer retroceder a las tropas rusas de la última carretera principal de acceso a la ciudad, preservando una línea de suministro clave y una ruta de salida en caso de que se vieran obligados a un repliegue.
«Me gustaría rendir un homenaje especial a la valentía, la fuerza y la resiliencia de los soldados que combaten en el Donbás», la región del este de Ucrania en la que se encuentra Bakhmut, dijo el presidente Volodimir Zelensky en su discurso dominical.
El mandatario calificó de «dolorosa y difícil» la batalla por el Donbás, y dio las gracias a sus soldados, que han «repelido ataques, destruido al ocupante, debilitado las posiciones y la logística del enemigo y protegido nuestras fronteras y nuestras ciudades».
La captura de Bakhmut no sólo daría a los combatientes rusos una rara ganancia en el campo de batalla después de meses de reveses, sino que podría romper las líneas de suministro de Ucrania y permitir a las fuerzas del Kremlin presionar hacia otros bastiones ucranianos en la provincia de Donetsk.
No obstante, el secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin, declaró el lunes que Bakhmut tenía más importancia simbólica que operativa y que no significa necesariamente que Moscú hubiera recuperado el impulso en su esfuerzo bélico de un año. «Creo que tiene más valor simbólico que estratégico y operativo», declaró Austin a la prensa durante su visita a Jordania, añadiendo que no predeciría si las fuerzas rusas tomarían Bakhmut ni cuándo lo harían. «La caída de Bakhmut no significa necesariamente que los rusos hayan cambiado el rumbo de esta lucha», añadió Austin.
El grupo paramilitar ruso Wagner, en primera línea en la batalla, había informado el viernes que la ciudad estaba «prácticamente rodeada» e instó a Zelenski a replegar sus tropas. Pero el domingo, tras la respuesta tusa, el jefe del grupo, Evgueni Prigozhin, cambió el tono y volvió a quejarse de la falta de munición, achacando los retrasos en la entrega a una posible «traición».
«Se dieron órdenes de entrega el 23 de febrero. Pero hasta ahora no se ha enviado la mayor parte de la munición», dijo Prigozhin. Según él, el retraso sólo puede deberse a dos eventuales razones: «Burocracia ordinaria o traición».
Y advirtió que «si Wagner se retira ahora de Bakhmut, todo el frente se derrumbará». (Infobae)
(Con información de AFP, EFE, AP)