Kuzin detalló en una entrevista a ‘ZN,UA’ que Ucrania cuenta una base “sólida, técnica y organizativa” para hacer un seguimiento de los casos de cólera que se puedan dar en el país, y que se están recolectando muestras en el agua potable, así como en ríos, embalses y otras fuentes de agua.
“Existen sistemas claros de vigilancia epidemiológica y seguimiento del cólera. Hay órdenes relevantes que clasifican las regiones del país en tres grupos. Cada caso de diarrea severa está sujeto a un estudio de laboratorio por separado”, explicó el viceministro de Salud ucraniano en la entrevista.
Asimismo, Ucrania cuenta con una vacuna contra el cólera, con una eficacia de entre el 80 y el 85 por ciento, que se podría usar si fuera necesario, según detalló Kuzin, que por otra parte explicó que por ahora no se recomienda su uso en el país.
Aún así, sí han pedido a la Organización Mundial de la Salud (OMS) “cierta reserva” de la vacuna para las necesidades de los trabajadores de la Atención Primaria y del resto de trabajadores de la salud.
Hasta el momento, Ucrania no ha registrado ni siquiera un caso de sospecha de cólera, aunque la OMS ha advertido sobre la posibilidad de que se propaguen el cólera u otras enfermedades infecciosas en los territorios ucranianos ocupados por las tropas de Rusia.
INTENSA BÚSQUEDA
La Fiscalía de Ucrania busca cualquier prueba, por insignificante que pueda parecer, para intentar que el Tribunal de La Haya abra procesos por crímenes de guerra contra Rusia, aunque lleve tiempo y un arduo trabajo para documentar cada caso.
En un informe sobre lo que está pasando en Ucrania desde que el pasado 24 de febrero comenzó la invasión rusa, el apartado de “crímenes de agresión y de guerra”, en su mayoría por quebrantar “las leyes y las costumbres” en conflictos bélicos, recoge 14.193 posibles casos.
Pero el proceso para documentarlos y que acaben llegando al Tribunal Penal Internacional es largo, mientras la guerra dura ya más de noventa días sin que se atisbe el final del conflicto. (Infobae)