Una sirena antiaérea perforó la inquietante calma de Kiev en la mañana del miércoles, día de celebración de la independencia de Ucrania, tras las graves advertencias de que Rusia podría lanzar nuevos ataques contra las principales ciudades del país. Kiev ha advertido a Moscú de una respuesta contundente si eso ocurre.
El día festivo, que se celebra seis meses después del inicio de la invasión rusa, suele celebrarse con un desfile militar, pero por temor a los ataques a las concentraciones de masas, Kiev ha prohibido este año los actos públicos en la ciudad, cuyas calles estaban mucho más tranquilas de lo normal.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, se dirigió a sus compatriotas para animarlos a seguir adelante frente a su «más terrible amenaza». Sin embargo, ha destacado que las dificultades no solo han logrado «mayor unidad nacional», sino también reunir «al mundo en torno a valores verdaderos», reportó Europa Press.
«Nuestra bandera nacional se ha convertido en un símbolo mundial de valentía. Un símbolo de quienes valoran una vida libre. Donde hay azul y amarillo, no hay ni habrá tiranía. Donde hay azul y amarillo, no hay ni habrá salvajes», declamó.
Zelenski agradeció a quienes han optado por ayuda a Ucrania y ha anunciado que con motivo del Día Nacional condecorará a aquellos de sus compatriotas que han contribuido, en diferentes áreas, a la defensa del país, que cumple este miércoles 31 años desde que se desvinculó de la Unión Soviética.
«Espero que (la guerra) termine este año, para que podamos estar alegres la próxima primavera. (…) Me gustaría que recibiéramos más ayuda, para que termine antes y podamos empezar a vivir la vida feliz que teníamos antes de la guerra», señaló Anna Husieva, de 27 años, residente en Kiev.
Según Reuters, en la víspera de la fiesta estatal, los ciudadanos se agolparon en la calle central, posando para las fotos junto a los cadáveres de los tanques rusos y comiendo algodón de azúcar coloreado con el amarillo y el azul de la bandera nacional.
Los ciudadanos se preguntaban por la ironía de la exhibición de blindaje meses después de que el líder checheno Ramzan Kadyrov, aliado del presidente ruso, Vladimir Putin, anunciara los planes de un desfile militar ruso en Kiev, hasta que el asalto de Moscú a la capital fue abandonado en marzo. (Agencias)