Según detalló el ministro turco del Interior, Suleyman Soylu, las autoridades, reconocieron a más de 6.200 ciudadanos de nacionalidad extranjera, incluidos sirios, entre el total de fallecidos, mientras que aún existen más de 1.600 cuerpos sin identificar, recoge la agencia Anatolia.
Con este nuevo balance, el balance total de fallecidos en Turquía y Siria ronda los 54.000 muertos a consecuencia de unos temblores que las autoridades turcas catalogaron como los más mortíferos de la historia del país.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, puso en valor esta semana el esfuerzo sobrehumano llevado a cabo por el personal sanitario y los servicios de emergencias del país, gracias a los cuales Turquía pudieron impulsar unas labores de búsqueda sin precedentes.
Además de los daños personales, los terremotos dejaron un saldo de 230.000 edificios que quedaron inutilizados. Por ello quedan 3.320.000 personas evacuadas, de las cuales 1,5 millones viven en tiendas de campaña. Hay 160.000 personas en centros de acogida habilitados y 130.000 alojadas en hoteles de todo el país.
A más de un mes de la tragedia, Mahmut Cuhadar, gobernador de la provincia de Adiyaman, uno de los territorios afectados por los temblores confirmaron ayer su renuncia al cargo por motivos de salud.
Esta es la primera dimisión política tras el desastre, si bien es cierto que la renuncia no está directamente relacionada con los terremotos ni la posterior gestión de las consecuencias por parte de las autoridades.
Sin embargo, Cuhadar vinculó su renuncia a problemas de salud, dejando así de lado la teoría de una dimisión por la gestión
Los seísmos del 6 de febrero, que se vieron seguidos por más de 11.000 réplicas, según datos de la AFAD, causaron además cerca de 6.000 víctimas mortales en Siria, si bien este número en el país árabe es mucho más difícil de calcular, especialmente en el noroeste, en manos de grupos rebeldes. (Europa Press).