Al menos once civiles fallecieron y 50 milicianos kurdos, afines al Gobierno sirio, resultaron heridos 25 bombardeos realizados por Turquía sobre la llamada Administración Autónoma del Norte y el Este de Siria.
La entidad semiautónoma se encuentra bajo control de las milicias kurdas de las Fuerzas Democráticas de Siria (FDS), ordenados en represalia por el atentado del pasado fin de semana en Estambul.
El Ministerio de Defensa de Turquía anuncio a última hora del sábado el comienzo de la operación Garra-Espada en el norte de Irak y de Siria contra los grupos kurdos a los que Ankara responsabilizó de la explosión del domingo pasado en la avenida Istiklal, que dejó seis muertos y 81 heridos.
«Es hora de ajustar cuentas», sentenció el Ministerio en el comunicado que anunciaba la operación y que justificaba los bombardeos de conformidad con el derecho de legítima defensa que surge del artículo 51 de la Carta de la ONU.
El portavoz de las FDS, Farhad Shami, denunció la muerte de 11 civiles durante estos ataques antes de acusar a las fuerzas turcas de alcanzar un hospital, una estación eléctrica y varios almacenes de grano. Mientras, el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos confirmó en su página web al menos 24 combatientes fallecidos, 12 miembros de las FDS y otros 12 integrantes de las fuerzas sirias en varios ataques en Al Hasaka y Raqá.
El Observatorio, que tiene su sede en Londres pero cuenta con fuentes dentro del país, estima que hay al menos otros 38 desaparecidos o heridos entre los combatientes, algunos en estado grave, por lo que el número de fallecidos podría aumentar en las últimas horas.
El Ejército sirio confirmó que varios de sus militares murieron como consecuencia del ataque de las fuerzas de ocupación turcas en varias
áreas seguras y puntos militares de la campiña de Alepo y Hasaka al amanecer», según fuentes militares.
La agencia también constató ataques en Darbasiyah, las cercanías de Al Malikiyah y la aldea de Tal Harmal, al norte de la ciudad de Abu Rasin, en la campiña del norte.
Estos ataques se producen días después de que Ankara culpase al Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) de estar detrás del atentado mortal del domingo pasado en el centro de Estambul. Además, Turquía considera a las Unidades de Protección Popular (YPG), el principal componente de las FDS, una extensión del PKK, considerado terrorista en ese país.
Ambos grupos negaron cualquier implicación con el atentado que se cobró la vida de seis personas, sin embargo, el ministro de Interior turco apuntó a que tiene sospechas que la orden se dio desde la ciudad de Kobane, uno de los grandes objetivos de esta nueva campaña.
En su primera valoración de ayer, el ministro de Defensa turco, Hulusi Akar, aseguró que la operación ha destruido con éxito refugios, búnkeres, cuevas, túneles y almacenes de los terroristas y una sede de la organización terrorista también fue atacada y destruida.
«Nuestro objetivo es garantizar la seguridad de nuestros 85 millones de ciudadanos y nuestras fronteras, y responder a cualquier ataque traicionero contra nuestro país», subrayó Akar. (Europa Press).