Jon Snook, jefe de operaciones de la aerolínea, dijo que la compañía no había tenido un incidente de esta naturaleza en la historia reciente. El vuelo estaba lleno, con 278 pasajeros y 10 tripulantes, indicó durante una conferencia de prensa.
De los heridos, 20 fueron trasladados a centros sanitarios, mientras que once de los afectados se encontraban en estado grave, según los servicios sanitarios.
Las fuertes turbulencias, que ocurrieron 30 minutos antes de aterrizar, hicieron que los pasajeros salieran volando de sus asientos.
Así, los sanitarios han tratado a pacientes menores desde los 14 meses de edad hasta adultos que presentaban diferentes lesiones en la cabeza, cortes, hematomas, náuseas y pérdida de conocimiento.
Jim Ireland, director de los Servicios Médicos de Emergencias de Honolulu explicó que al menos una persona habría perdido el conocimiento en un momento dado, según reportes, pero todos los pacientes estaban despiertos y hablaban cuando llegaron a hospitales.
“También nos alegramos muchos y nos sentimos afortunados de que no hubiera muertes ni otras lesiones críticas, por lo que confiamos que todos se recuperen por completo”, dijo Ireland.
La compañía indicó que la aeronave aterrizó de manera segura en Honolulu y se brindó atención médica a varios invitados y miembros de la tripulación en el aeropuerto por lesiones menores, mientras que algunos fueron transportados de forma inmediata a hospitales locales para recibir atención adicional.
“A veces, estas bolsas de aire ocurren sin previo aviso. Es raro tener ese nivel de turbulencia extrema. Fue un caso muy extremo de turbulencia en el aire”, agregó antes de precisar que están agradecidos de que el alcance de las lesiones no fueran críticos.
Thomas Vaughan, del Servicio Nacional de Meteorología en Honolulu, dijo que había existido un aviso de posibles tormentas eléctricas que abarcaba a Oahu y a otras zonas que habría incluido la trayectoria del vuelo al momento del incidente.
La aerolínea estaba al tanto del pronóstico del tiempo y del aire inestable y las condiciones climáticas, pero no tenía advertencia de que la zona de aire en particular donde ocurrió la turbulencia era de alguna manera peligrosa.
No sabía cuánta altitud perdió el avión durante la turbulencia, y dijo que eso sería parte de una investigación que involucra a la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte. El registrador de datos de vuelo del avión proporcionaría esos detalles, dijo.
La investigación también abordaría con precisión qué estaban haciendo los pasajeros y la tripulación en ese momento, señaló. (Infobae)