Pekín.- Los 123 pasajeros y nueve tripulantes del vuelo MU5735 de China Eastern murieron a bordo el 21 de marzo, informó ayer el director general adjunto de la Administración de Aviación Civil, Hu Zhenjiang.
“Ciento veinte víctimas pudieron ser identificadas gracias a su ADN”, añadió, 114 pasajeros y seis miembros de la tripulación.
Drones, equipos de rescate y cámaras térmicas fueron movilizados en China en el sitio del accidente cerca de la ciudad de Wuzhu, en la provincia de Guangxi, y decenas de familiares de las víctimas estaban esperando el resultado de esta investigación.
Las esperanzas eran escasas ya que el aparato había caído violentamente, antes de incendiarse después del impacto, y ya al día siguiente del accidente las autoridades anunciaron que no habían encontrado supervivientes.
La violencia del choque había arrojado partes del avión y objetos pertenecientes a los pasajeros a una amplia zona. Una primera caja negra, que grabó las conversaciones en la cabina, fue encontrada el miércoles y enviada a Pekín para ser analizada.
Los equipos de rescate están buscando la segunda, que contiene los datos del vuelo como la velocidad, la altitud y el rumbo seguido.
Con estos elementos, los investigadores deberían poder determinar las causas del accidente del avión, que siguen siendo un misterio. La aeronave cayó varios miles de metros en pocos minutos a pesar de un clima clemente.
Un controlador de tráfico aéreo trató de contactar a los pilotos varias veces después de ver que la altitud del avión caía bruscamente, pero no obtuvo respuesta, dijeron las autoridades. (DW Alemania)