En Irak, las Fuerzas Armadas mataron a tres terroristas del EI, dos de ellos cabecillas, cuando viajaban en un vehículo con dos cinturones explosivos.
«Al menos 28 miembros de las fuerzas de seguridad kurdas, cinco civiles y 56 combatientes del EI murieron» desde el inicio del ataque contra la prisión de Ghwayran, en la ciudad siria de Al Hassake, informó Rami Abdel Rahman, director del Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH).
Además, murieron otros cinco civiles. En total, 89 personas. Se trata de una de las mayores cárceles del país, y alberga a yihadistas.
El pasado jueves, el grupo yihadista lanzó un ataque contra esta prisión, que alberga a unos 3.500 miembros del EI, y «se apoderaron de armas que encontraron» en la armería del centro de detención, según el OSDH. Aunque el ataque fue repelido y muchos de los presos fugados fueron recapturados, decenas de detenidos lograron sin embargo escapar tras el ataque, el mayor desde la derrota del EI en 2019 en Siria.
Las FDS declararon ayer que «prosiguen las operaciones de seguridad en la ciudad de Al Hassake y en el perímetro de la prisión de Ghwayran» con la ayuda de la coalición internacional y las fuerzas de seguridad interior kurdas. En un comunicado, las FSD informaron de que 22 integrantes del EI murieron durante los choques de hoy, que continúan por tercer día consecutivo, mientras que un miembro del grupo terrorista fue detenido.
El pasado viernes, en un comunicado emitido por su órgano de propaganda, Amaq, el EI había reivindicado el ataque a la prisión, afirmando que el objetivo de la operación era «liberar a los presos». (DW Alemania)