No obstante, las autoridades no descartaron que en las próximas horas puedan aparecer más cuerpos sin vida. Se sospecha que una persona más podría estar atrapada en el barrio de Baleia Verde. De las 65 muertes, 64 se registraron en la ciudad de Sao Sebastiao y la otra en Ubatuba.
Además de las víctimas, los deslizamientos de tierra provocados por las precipitaciones obligaron a 1.109 personas a ser desalojadas, mientras que otras 1.172 vieron cómo sus hogares quedaron sepultados o bien destruidos.
La tragedia que devastó la costa norte del estado de Sao Paulo cumplió una semana desde que comenzaron a caer con violencia las primeras lluvias. Las autoridades recalcaron lo histórico de un temporal que dejó tras de sí también el bloqueo de carreteras y vías de acceso de las localidades afectadas.
La ciudad más afectada fue la de Sao Sebastiao, con casi todas las muertes registradas. En Vila Sahy, en la zona sur del municipio, los deslizamientos de tierras fueron de tal magnitud que quedaron totalmente destruida, informa el portal de noticias G1.
Mientras tanto, aumentan las voces de quienes alertan de que la tragedia podría haberse, al menos, gestionado de otra manera, luego de que en noviembre de 2020, la Fiscalía advirtiera a las autoridades locales de la necesidad de urbanizar y legalizar la situación de las decenas de viviendas que se habían improvisado.
Cuando las consecuencias de lo ocurrido eran ya irreversibles, el Centro Nacional de Seguimiento y Alertas de Desastres Naturales (Cemaden), de titularidad federal, aseguró que en vísperas de las primeras lluvias notificó a las autoridades de Sao Paulo y Sao Sebastiao del posible riesgo de desastre en la región.
Sin embargo, los habitantes de las zonas afectadas denunciaron que no fueron alertados por Defensa Civil, que afirmó que las alertas se hicieron a través de mensajes por teléfono y redes sociales, una manera vista a todas luces insuficiente, tal y como reconoció el gobernador de Sao Paulo, Tarcísio de Freitas. (Europa Press)