El técnico, que pidió que no se revelara su identidad por temor a represalias rusas, ofreció una inusual visión de las tensas condiciones de trabajo en la planta de Zaporiyia, que Moscú y Kiev se acusan mutuamente de bombardear.
La mayor central nuclear de Europa fue capturada por Rusia en marzo. El técnico dijo a Reuters que muchos trabajadores habían enviado a sus familias fuera de la ciudad de Energodar, donde se encuentra la planta, pero que ellos se habían quedado para garantizar su funcionamiento seguro.
“Los empleados entienden que tienen que sacar a sus familias, pero ellos vuelven. Tienen que trabajar por la posibilidad de que se produzca una gran catástrofe como la de Chernóbil en 1986 y eso sería mucho peor”, dijo el técnico.
Los soldados rusos fuertemente armados están por todas partes en el emplazamiento, lo que ya es muy inquietante, y los vehículos blindados de transporte de personal tienen sus cañones apuntando a la entrada cuando ingresan los trabajadores, añadió, antes de comentar que el Ejército a veces no permite a los trabajadores volver a casa inmediatamente después de sus turnos.
“Encuentran una razón para no dejar salir (a los empleados): bombardeos, o se les ocurre otra cosa”, dijo. “Se pasean constantemente por las instalaciones con armas. Es muy duro cuando entras en la planta y ves a esta gente y tienes que estar allí, es muy agotador mental y psicológicamente”. (Reuters)