El Ministerio de Defensa de Taiwán denunció ayer la incursión de al menos 30 aviones chinos en su zona de defensa aérea, el último episodio de una serie de vuelos que comenzó hace unos años y que las autoridades taiwanesas denuncian como una medida de presión del régimen de Xi Jinping para reivindicar su soberanía sobre el territorio.
El Ministerio confirmó que en esta última incursión varios aviones chinos ingresaron hacia el suroeste, entre los que se encuentran al menos seis cazas ‘J-16′, ocho ‘J-11′, cuatro ‘J-10′, así como dos aviones ‘KJ-500′ y dos ‘Su-35′, entre otros.
Como en otras tantas ocasiones, el Ejército de Taiwán declaró el estado de alerta para responder a la incursión y advertir a los cazas chinos de que abandonen la zona inmediatamente, según indicó en un comunicado el Ministerio de Defensa.
Taiwán alertó en numerosas ocasiones de las actividades militares chinas en sus inmediaciones, especialmente las numerosas incursiones por parte de aviones de la Fuerza Aérea, episodios que se han venido repitiendo los últimos meses y que el Gobierno de la isla entiende como una maniobra de presión soberanista por parte del régimen de Xi Jinping.
Esta es la mayor incursión en el espacio aéreo de Taiwán por parte de Beijing desde el pasado 23 de enero, cuando 39 aviones entraron en la zona de defensa aérea taiwanesa, seguido del pasado 21 de mayo, cuando fueron al menos 14, según recogió el portal de noticias Taipei News.
El miércoles pasado el Ejército chino realizó maniobras cerca de Taiwán como «advertencia contra el complot entre las fuerzas separatistas y Estados Unidos» después de que el presidente Joe Biden dijera que intervendría militarmente si Beijing intenta tomar la isla por la fuerza.
«Se trata de una patrulla del Ejército Popular de Liberación (EPL) alrededor de Taiwán con el objetivo de estar preparados para el combate y realizar ejercicios de entrenamiento tanto marítimos como aéreos», afirmó el coronel Shi Yi, portavoz del Comando del Teatro Oriental del EPL, en un comunicado.
Shi señaló que los ejercicios fueron «una advertencia solemne contra la reciente connivencia entre Estados Unidos y las ‘fuerzas separatistas taiwanesas'». «Es hipócrita e inútil que Estados Unidos tome medidas completamente opuestas a sus palabras y que frecuentemente envalentone a las ‘fuerzas independentistas taiwanesas’. Todos estos actos de los EEUU solo conducirán a una situación peligrosa y tendrán graves consecuencias para ellos mismos», subrayó.
«Taiwán es parte de China. Las tropas del EPL tienen la determinación y la capacidad necesarias para frustrar interferencias de cualquier fuerza externa o intentos secesionistas. Salvaguardaremos firmemente la soberanía y la seguridad nacionales, así como la paz y la estabilidad de la región», enfatizó el portavoz.
El lunes pasado, el régimen de China reaccionó con dureza a las declaraciones de Biden, quien afirmó desde Japón que su país mantiene su compromiso de defender Taiwán, dando a entender que intervendría militarmente ante una potencial invasión china de la isla, que Beijing considera como una parte «inalienable» de su territorio.
El pasado octubre, China y Estados Unidos mantuvieron un intercambio poco amistoso a cuenta de Taiwán después de que Biden anunciara un «compromiso» explícito para defender la isla en caso de una invasión china, ante lo cual Beijing exigió que deje de enviar «señales equivocadas».
China insiste en «reunificar» la República Popular con la isla, que se gobierna de manera autónoma desde que los nacionalistas del Kuomintang (KMT) se replegaran allí en 1949 tras perder la guerra civil contra los comunistas y continuaran con el régimen de la República de China, que culminó con la transición a la democracia en la década de 1990.
Pero desde entonces han tomado fuerza las voces que reclaman declarar la independencia de Taiwán como Estado soberano.
Esto irrita en Beijing, cuya retórica no ha dejado de inflamarse desde el acceso al poder de la actual presidenta taiwanesa, Tsai Ing-wen, en 2016, e insiste en que «la reunificación se conseguirá».
La isla es además uno de los mayores motivos de conflicto entre China y Estados Unidos, debido sobre todo a que Washington es el principal suministrador de armas de Taiwán y sería su mayor aliado militar en caso de conflicto bélico con China.
Ambos países parecen estar llevando al límite el ‘statu quo’ creado en 1979, cuando Washington reconoció a Beijing como el único Gobierno chino con el entendimiento de que Taiwán tendría un futuro en paz.
El Acta de Relaciones de Taiwán de ese año no garantiza que Estados Unidos vaya a intervenir militarmente si la República Popular China ataca a la isla, pero tampoco lo descarta.
Los vínculos entre Taiwán y la China continental sólo se restablecieron a nivel empresarial e informal a finales de la década de 1980. China considera a Taiwán como su provincia rebelde, pese a que la isla ha declarado su independencia y cuenta con el apoyo del gobierno de Estados Unidos y la Unión Europea. (Infobae, Europa Press y Efe)