La liberación, anunciada en Twitter por el portavoz de Exteriores del grupo, Kindeya Gebrehiwot, afecta a prisioneros etíopes y eritreos y entre ellos hay 500 mujeres, según ha podido investigar por otra parte el diario ‘The East African’.
El Gobierno etíope todavía no se ha pronunciado sobre este asunto. En una amnistía previa, anunciada en mayo, las autoridades desmintieron que los 4.200 prisioneros liberados entonces por el TPLF hubieran participado en el conflicto, sino que se trataba en realidad de civiles secuestrados en varias partes de las regiones de Amhara y Afar.
El portavoz puntualizó que aquellos sospechosos de cometer grandes crímenes seguirán bajo custodia del grupo. “La ironía es que ambos regímenes siguen negando su existencia”, añadió.
Este anuncio tiene lugar en un momento en que los líderes de Tigray confirmaron su asistencia a unas esperadas conversaciones de paz programadas para hoy en Sudáfrica.
La medida también se produce después de que las fuerzas etíopes capturaran recientemente la localidad estratégica de Shire, en el noroeste de Tigray.
El conflicto en Etiopía estalló tras un ataque del Frente Popular para la Liberación de Tigray (TPLF) contra la principal base del Ejército, situada en Mekelle, tras lo que el primer ministro etíope ordenó una ofensiva contra el
grupo después de meses de tensiones a nivel político y administrativo. En la actualidad hay en vigor una tregua humanitaria, si bien ambas partes se han acusado de impedir la entrega de ayuda.
El TPLF acusa al primer ministro etíope, Abiy Ahmed, de azuzar las tensiones desde su llegada al poder en abril de 2018, cuando se convirtió en el primero en acceder al cargo.
Hasta entonces, el TPLF había sido la fuerza dominante dentro de la coalición que gobernó Etiopía desde 1991, el Frente Democrático Revolucionario del Pueblo Etíope (EPRDF), sustentada en las etnias. El grupo se opuso a las reformas de Abiy, que consideró como un intento de socavar su influencia. (Europa Press).