El número de muertos por las fuertes lluvias que azotan desde comienzo de esta semana el estado de Pernambuco, en el nordeste de Brasil, ascendió a 57, mientras. Asimismo, más de 4.000 personas que viven en zonas de riesgo se vieron obligadas a dejar sus hogares, según informó el ministro de Desarrollo Regional, Daniel Ferreira, durante una rueda de prensa en Recife, capital del estado.
«Hasta ayer, se confirmó la muerte de 57 personas, y otras 56 permanecen desaparecidas en los municipios de Recife y Olinda. También hay registro de 3.957 personas sin hogar», informó en un comunicado la Defensa Civil de Pernambuco.
La mayoría de las víctimas falleció durante el deslizamiento de tierra ocurrido el sábado en la región metropolitana de Recife, la más afectada por el temporal que castiga con fuerza diversos estados del nordeste de Brasil, principalmente Pernambuco.
El último parte oficial, del sábado por la tarde, hablaba de 34 muertos desde el miércoles en varios municipios de la capital permanmbucana, más de 1.300 desplazados o sin hogar y no incluía una estimación de desaparecidos.
En medio de una tregua de la lluvia, unos 1.200 efectivos -según el gobierno del estado- del Cuerpo de Bomberos, Defensa Civil, la Policía Militar y Asistencia Social, con la ayuda de helicópteros y embarcaciones, reanudaron por la mañana los trabajos de búsqueda de desaparecidos y rescate de personas que quedaron aisladas por la furia del temporal, que causó deslizamientos de tierras en cerros, desbordamiento de ríos y grandes torrentes de lodo que arrasaron con todo a su paso.
Imágenes divulgadas este domingo por la televisión muestran a los rescatistas, ayudados por voluntarios, retirando escombros en medio de una gran destrucción en la comunidad Jardim Monteverde, en la frontera entre Recife y el municipio de Jaboatao dos Guararapes.
El miércoles ya habían fallecido cinco personas, cuatro de ellas en Olinda: tres sepultadas por deslizamientos y una tras caer en un canal.
Videos subidos en las redes sociales muestran amplias avenidas inundadas por ríos correntosos en varios municipios, casas que colapsan, ríos desbordados y desprendimientos de cerros entre gritos de desesperación.
«El agua está subiendo. Estamos esperando el rescate», explicó Lidiane Izidio, una vecina de Jaboatao dos Guararapes subida al tejado de su casa completamente inundada, al canal GloboNews. Imágenes de esa emisora mostraron a los vecinos de ese municipio colaborando con las fuerzas de rescate en la búsqueda de desaparecidos por el deslizamiento de un cerro.
El gobernador de Pernambuco, Paulo Cámara, sobrevoló la región afectada, en la cual trabajan a destajo unos 1.200 efectivos de varios cuerpos, con la ayuda de «tres helicópteros, embarcaciones y vehículos pesados».
Entre la noche del viernes y la mañana del sábado, el volumen de lluvias alcanzó los 236 milímetros en algunos puntos de la capital pernambucana, según la alcaldía.
Esto equivale a más del 70 % de la previsión para todo el mes de mayo en la ciudad.
Según la meteoróloga Estael Sias, de la agencia MetSul, las intensas lluvias que afectan a Pernambuco y, en menor medida, a otros cuatro estados nordestinos, son producto de un fenómeno típico de esta época, las llamadas «ondas del este», áreas de «perturbación atmosférica» que se desplazan desde el continente africano hasta esa región litoral brasileña.
«En otras zonas del Atlántico esta inestabilidad forma huracanes, pero en el nordeste de Brasil tiene el potencial de mucha lluvia e incluso tormentas eléctricas», explicó. (Infobae)