La cifra de víctimas mortales por el lanzamiento de un misil ruso contra un edificio residencial en la localidad de Dnipro se elevó a 45, según informaron ayer las autoridades locales.
El alcalde, Borys Filatov, informó en las redes sociales la nueva cifra de muertos. Más temprano se confirmó que el cuerpo de un niño había sido retirado entre los escombros, en el ataque más mortal de la guerra contra civiles en un único punto desde la primavera boreal.
El último ataque mortal de Rusia contra un objetivo civil en casi 11 meses de guerra provocó indignación. También causó la inesperada renuncia ayer de un asesor presidencial ucraniano que dijo que el misil ruso había sido derribado por el sistema antiaéreo ucraniano y que explotó al caer, una versión que quitaría parte de la responsabilidad a las fuerzas del Kremlin.
Las declaraciones de Oleksii Arestovich en una entrevista causaron un revuelo. Al renunciar, él dijo que sus comentarios habían sido “un error fundamental”.
El presidente de Ucrania, Volodímir Zelensky, prometió llevar a los responsables de los ataques ante la justicia y dijo que es una tarea fundamental para Ucrania y sus aliados occidentales.
El Ministerio británico de Defensa afirmó ayer que la ofensiva de misiles de largo alcance desatada el fin de semana, la primera de su clase en dos semanas, iba dirigida contra la red eléctrica ucraniana.
Se emplearon misiles similares en otros incidentes que causaron importantes bajas civiles, señaló el reporte, como un ataque a un centro comercial en la ciudad central ucraniana de Kremenchuk el pasado junio.
Esos incidentes ayudaron a afianzar el apoyo internacional a Ucrania en su lucha por repeler la invasión del Kremlin. El invierno boreal ralentizó los combates, pero los analistas militares ven probable que ambas partes emprendan nuevas ofensivas cuando mejore el tiempo.
El ministro ruso de Defensa, Sergei Shoigu, dijo ayer que el ejército del país aumentaría sus filas de los actuales 1,15 millones a 1,5 millones de efectivos en los próximos años.
Como parte del refuerzo, el ejército formaría un cuerpo en la región noroccidental de Karelia, cerca de Finlandia, así como tres nuevas divisiones motorizadas de infantería y dos divisiones aerotransportadas. El Ejército también ampliará siete brigadas motorizadas de infantería actuales para convertirlas en divisiones.
El anuncio se hizo al día siguiente de que la vicesecretaria de Estado de Estados Unidos, Wendy Sherman, y otros funcionarios de Estados Unidos se reunieran en Kiev con Zelensky. Reiteraron el firme y duradero compromiso con Ucrania, según dijo el vocero del Departamento de Estado, Ned Price.
El general del ejército estadounidense Mark Milley, presidente del Estado Mayor Conjunto, visitó a las tropas ucranianas que entrenaban en una base militar alemana bajo mandos estadounidenses.
Más de 600 tropas ucranianas comenzaron el programa de instrucción ampliada en el campamento.
La primera dama de Ucrania ayudaba también a consolidar el apoyo occidental y conseguir más armas extranjeras y tenía prevista una inusual comparecencia internacional en el Foro Económico Mundial celebrado cada año en la ciudad suiza de Davos.
El director de la agencia nuclear de Naciones Unidas, por su parte, visitó la Planta Eléctrica Nuclear de Ucrania Sur y anunció que la organización mantendrá una presencia permanente allí para supervisar las operaciones y garantizar la seguridad.
Rafael Grossi, director general del Organismo Internacional de la Energía Atómica, tuiteó señalando que la bandera de la agencia ondeaba sobre la central eléctrica.
Ucrania tiene cuatro centrales nucleares con 16 reactores. Una de ellas, la central de Zaporiyia, fue tomada por tropas rusas en los primeros meses de la guerra y sigue bajo su control. (Infobae).