Debido a los cortes eléctricos, la infancia no solo enfrenta un frío extremo, pues las temperaturas en la región pueden alcanzar los 20 grados bajo cero, sino que también interrumpe la educación a distancia, la única vía de escolarización tras los numerosos ataques a centros educativos.
«Más allá de las amenazas inmediatas que acarrea el frío, los niños y niñas también se ven privados de la capacidad de aprender o mantenerse en contacto con amigos y familiares, lo que pone en grave riesgo tanto su salud física como mental», señaló la directora ejecutiva de UNICEF, Catherine Russell.
Del mismo modo, los apagones pueden afectar al buen funcionamiento de los servicios sanitarios principales, así como las fallas en el sistema de agua aumentar el riesgo de contagio de neumonía, gripe, covid-19 y enfermedades transmitidas por agua.
La destrucción de las infraestructuras en los casi 10 meses de conflicto ha diezmado los ingresos de las familias y dificultado el acceso a los servicios básicos, una situación especialmente grave para 6,5 millones de personas, entre ellas 1,2 millones de niños, actualmente desplazados dentro del país.
«También es esencial que UNICEF y nuestros aliados humanitarios tengan acceso rápido y sin trabas a los niños y sus familias que necesitan ayuda humanitaria, sin importar dónde se encuentren», añadió Russell.
El aumento de los ataques rusos destruyó el 40 por ciento de la producción energética en Ucrania, dejando expuestas a las familias a las temperaturas invernales y mermando la capacidad de los medios de subsistencia. A 28 de noviembre, el sistema energético ucraniano solo era capaz de abastecer el 70
por ciento de la demanda máxima para generar energía, según la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA).
Por su parte, el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, solicitó a la Unión Europea aumentar las exportaciones de electricidad durante su discurso en el marco de la conferencia internacional de solidaridad con el pueblo ucraniano, organizada por Francia y Ucrania.
«Tenemos que acordar medidas concretas que ayuden no solo a los ucranianos a sobrevivir al invierno, sino que permita demostrar a cualquier fuerza antieuropea y antidemocrática que Europa aprendió a prevenir catástrofes y a proteger a su gente», afirmó el presidente.
Desde Rusia justifican los ataques a los soportes energéticos como parte de su estrategia militar: «Estas infraestructuras apoyan la capacidad de combate de las Fuerzas Armadas ucranianas y de los batallones nacionalistas», aseguró el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Lavrov. (Europa Press)