Madrid/París.- España registró ayer las temperaturas más altas de las últimas cuatro décadas, una zona de Francia prohibió los eventos al aire libre y la sequía acechaba a los agricultores italianos, mientras la ola de calor hacía que los europeos buscaran la sombra y se preocuparan por el cambio climático.
El calor era tal que en el exclusivo hipódromo de Ascot, en Inglaterra, se produjo un raro cambio de protocolo: se permitió a los invitados despojarse de sombreros y chaquetas una vez que los miembros de la realeza hubieran pasado.
“Eviten la sobreexposición al sol, hidrátense y cuiden de los más vulnerables para que no sufran un golpe de calor”, fue el consejo del presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, durante un acto sobre la desertificación celebrado en Madrid.
Según la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), las temperaturas alcanzarán entre 40 y 42 grados centígrados en Madrid y Zaragoza, en el centro y el este de España respectivamente. Se trata de niveles que no se veían tan temprano en el año desde 1981.
Las regiones del norte de Italia corren el riesgo de perder hasta la mitad de su producción agrícola debido a la sequía, según un lobby agrícola, ya que los lagos y los ríos empiezan a bajar peligrosamente, poniendo en peligro el riego.
La federación de empresas italianas de servicios públicos, Utilitalia, advirtió esta semana que el río más largo del país, el Po, está sufriendo la peor sequía de los últimos 70 años, con muchos tramos de la vasta vía fluvial septentrional completamente secos.
En Francia, el departamento de Gironda, en los alrededores de Burdeos, prohibió los actos públicos, incluidos los conciertos y los que se celebren en locales cerrados sin aire acondicionado, según un funcionario local a la radio pública.
Las temperaturas en muchas zonas de Francia alcanzaron los 40 grados por primera vez este año el jueves y se esperaba que alcanzaran su punto máximo el sábado, a 41-42 grados.
“Todo el mundo se enfrenta ahora a un riesgo para la salud”, indicó la prefecta local Fabienne Buccio a la radio France Bleu.
Un portavoz del servicio meteorológico británico dijo que es probable que el viernes se convierta en el día más caluroso del año y que se esperan 34 grados en algunas partes del sureste. Los parques y las piscinas estaban repletos.
Los países mediterráneos están cada vez más preocupados por cómo puede afectar el cambio climático a sus economías y vidas.
Los bomberos luchaban contra los incendios forestales en varias partes de España, siendo Cataluña, en el este, y Zamora, cerca de la frontera occidental con Portugal, las más afectadas.
La ola de calor no afectó a Portugal ayer, donde las temperaturas no fueron tan elevadas como en otras naciones europeas, ya que en Lisboa es probable que se alcancen los 27 grados. Sin embargo, el mes pasado fue el más caluroso de los últimos 92 años, según la agencia meteorológica portuguesa IPMA, que advirtió que la mayor parte del país sufre una grave sequía.
Los embalses portugueses tienen niveles de agua bajos, siendo el de Bravura uno de los más afectados, a solo el 15 % de su capacidad. (Reuters)