El administrador del territorio de Ango, Marcelin Lekabusiya, indicó que los milicianos irrumpieron en tres aldeas de Banda, a unos 180 kilómetros de la frontera. En Namangu raptaron a tres adultos y ocho niños, si bien posteriormente liberaron a los mayores de edad. Posteriormente, secuestraron a cinco niños, incluidas dos menores, en Zamoi, a los que se suman otros doce menores, incluidas cinco niñas, en Banda.
Lekabusiya subrayó que «hacía mucho que los elementos de la rebelión ugandesa del LRA no operaban en la zona». «Recientemente existieron algunas incursiones de rebeldes centroafricanos de Séléka, integrado mayoritariamente por musulmanes y disuelta oficialmente en 2013, si bien numerosas células siguen operativas», indicó.
El LRA tomó las armas en la década de 1980 en Uganda, pero salió del país diez años después tras una gran ofensiva militar de Kampala. Desde entonces, estuvo vagando por toda la región a pesar de la creación de una fuerza regional, apoyada por Estados Unidos, para frenarlo.
El grupo es, más que una guerrilla, una auténtica organización criminal que se caracteriza por su extrema violencia y por el reclutamiento de menores de edad para usarlos como sicarios y esclavos sexuales. El Tribunal Penal Internacional (TPI) emitió órdenes de arresto contra Kony y otros comandantes del LRA. Aunque sus filas han quedado reducidas a unos pocos cientos de combatientes, el grupo sigue realizando ataques contra civiles. (Europa Press)