El Gobierno de Japón anunció ayer una nueva ronda de sanciones contra altos cargos políticos y militares rusos, así como la prohibición adicional de exportaciones niponas de componentes que puedan ser empleados en la guerra.
Las medidas aprobadas ayer por el Gabinete de Gobierno nipón incluyen la congelación de activos de 36 personas y tres organizaciones, entre ellos Konstantin Chuychenko, ministro de Justicia ruso, y varios viceministros, secretarios de estado y altos mandos militares.
Entre los sancionados también figuran líderes políticos de las autoproclamadas repúblicas prorrusas en Ucrania, así como personas del entorno del oligarca Suleimán Kerimov, considerado una figura cercana al presidente ruso Vladímir Putin y también sujeto a sanciones niponas desde marzo pasado.
Japón también decidió vetar las exportaciones a 49 organizaciones vinculadas a la invasión de Ucrania y prohibir las ventas de determinados componentes, lo que se suma al veto que ya aplicaba Tokio al envío de semiconductores y otras partes y dispositivos tecnológicos.
El objeto es evitar su uso para gases lacrimógenos y dispositivos automatizados que puedan ser empleados por las fuerzas rusas, según explicó el viceportavoz del Gobierno nipón, Seiji Kihara.
“No se puede permitir la invasión de Rusia a Ucrania, ya que sacude un orden internacional construido durante mucho tiempo, esfuerzo y sacrificio”, señaló Kihara en rueda de prensa.
Japón, que ocupa este año la presidencia de turno del G7, “seguirá trabajando para mejorar la situación en unión con los países del Grupo de los Siete y con la comunidad internacional”, dijo el portavoz.
Las nuevas sanciones niponas llegan luego de que Estados Unidos anunció nuevas medidas contra cargos del Gobierno ruso como el ministro de Industria y Comercio, Denis Manturov, así como a cinco entidades y un individuo vinculados con el grupo de mercenarios rusos Wagner, en un intento de perjudicar la ofensiva de Moscú contra Ucrania.
Las nuevas sanciones “obstaculizarán aún más la capacidad del Kremlin para armar su máquina de guerra que está involucrada en una guerra de agresión contra Ucrania y que causó muertes y destrucción desmesuradas”, indicó el secretario de Estado, Antony Blinken.
En tanto, la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, dijo que “a medida que las sanciones y los controles de exportación sobre Rusia por parte de nuestra coalición internacional siguen haciendo mella, el Kremlin busca desesperadamente armas y apoyo, incluso a través del brutal Grupo Wagner, para continuar su injusta guerra contra Ucrania”.
“Las sanciones ampliadas a Wagner, así como las nuevas sanciones a sus asociados y otras empresas que habilitan el complejo militar ruso, impedirán aún más la capacidad de Putin para armar y equipar su máquina de guerra”, añadió.
Entre las firmas objetivo se encuentra Changsha Tianyi Space Science and Technology Research Institute Co., una empresa china que, según el Departamento del Tesoro, proporcionó imágenes satelitales sobre Ucrania al grupo Wagner.
“Estas imágenes se recopilaron para permitir las operaciones de combate de Wagner en Ucrania”, señaló un comunicado del Departamento del Tesoro, que también anunció sanciones a una subsidiaria de la compañía china con sede en Luxemburgo.
El régimen de China es oficialmente un aliado de Rusia, pero Estados Unidos anunció lo que considera un tibio apoyo de Beijing a la guerra en Ucrania, incluida una negativa a suministrar armas a Moscú.
El Departamento del Tesoro también impuso sanciones a una empresa de aviación con sede en Emiratos Árabes Unidos, Kratol, que dijo que había proporcionado aviones para que el grupo Wagner trasladara personal y equipos entre la República Centroafricana, Libia y Malí. (Infobae).